El 'president' de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, ha defendido que València puede ser de nuevo una "tabla de salvación" y acoger a los 121 migrantes del Proactiva Open Arms, aunque ha insistido en que el puerto seguro más cercano está en Italia y en que la Unión Europea debe tener una posición "firme".
De lo contrario, "en algún momento parecería que estamos haciendo el juego a (Matteo) Salvini --ministro de Interior italiano--, y esa desde luego no es nuestra posición", ha recalcado en declaraciones a los medios sobre el ofrecimiento de que València pueda acoger el barco, como hizo en 2018 con el 'Aquarius'.
Puig ha defendido, a unas horas de la visita del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a València --se reúne con Compromís dentro de su ronda de contactos para formar gobierno--, que España debe "calibrar su posición con total claridad".
Ha exigido así "la máxima responsabilidad al Gobierno italiano, que es quien debe atender tanto a este barco como a otros que llegan a sus costas y son rechazados". Pero también "medidas pertinentes para que esto no suceda por parte de la comunidad internacional, y muy especialmente de la UE".
Por parte de la Comunitat, ha asegurado que "siempre es una sociedad abierta, humanitaria, una sociedad que cree que los derechos universales no se pueden romper; no se puede acabar con ellos por nadie". Ha garantizado así que "subsidiariamente, siempre va a ser una tierra de acogida" y que "lo fue y lo está siendo porque no es un caso excepcional", ante el "problema permanente" de la llegada de pateras a España.
"Desde luego, siempre estamos dispuestos a ser una tabla de salvación, pero es una cuestión de calado político profundo, y no puede ser que haya países que no atienden el derecho internacional, que dice que este barco tiene que ser acogido en el puerto seguro más cercano, y por eso hay que luchar", ha enfatizado.
NUEVA POLÍTICA MIGRATORIA
También ha llamado a "buscar una nueva política migratoria europea que garantice los derechos humanos de los migrantes y no solo su llegada, sino también la inserción y la acogida con dignidad a todas las personas que huyen de sus países por razones de hambre, ideológicas o que son perseguidas".
En cualquier caso, ha hecho hincapié en que es un problema delimitado en "la decisión del propio barco", ante lo que "sobre todo tiene que haber una posición europea firme". "No se puede estar permanentemente desviando la responsabilidad sobre otros, esta es la cuestión de fondo, otra cosa es que evidentemente por nosotros nadie va a morir en el mar, dejado de la mano de Dios", ha manifestado, y ha insistido en "poner el foco en quien tiene la responsabilidad".