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Familiares encuentran a su abuelo fusilado en Paterna por unas cartas

Revelan el día a día de su esposa y su lucha por sacarlo de la cárcel, una imprevista sorpresa y una esperanza para su familia casi 70 años después

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Familiares.

Familiares.

 Las cartas manuscritas halladas en la americana de los restos de Francisco Sanz, fusilado el 13 de julio de 1940 y enterrado en una fosa de Paterna, revelan el día a día de su esposa y su lucha por sacarlo de la cárcel, una imprevista sorpresa y una esperanza para su familia casi 70 años después.

En las cartas y postales encontradas, legibles y en buen estado, Nieves Monzó le cuenta a su esposo, zapatero, que está haciendo gestiones con un juez y con el ejército para liberarlo, le manda besos de los niños, una hija de 9 años y un hijo de 6, y le dice que le llevará en breve una cuchara, un plato y una manta.

Así lo han relatado los arqueólogos, los miembros de la asociación de víctimas del franquismo de la fosa 127 y dos de los nietos de Francisco Sanz -su padre, hijo de Francisco, tiene 85 años y está hospitalizado-, localizados a través de las redes sociales y que este lunes se han encontrado en el cementerio de Paterna.

Los restos, y con ellos las cartas, postales, sellos y papeles en blanco, se localizaron el miércoles pasado en la última saca en la que trabajan los arqueólogos de la empresa CAVEA Patrimonio Cultural, que ya han recuperado 108 cuerpos de esa fosa, en la que creen que puede haber 147 o 148.

Esa saca fue la primera que se arrojó y por tanto, la que está a mayor profundidad y, según la directora de la excavación, Victoria Domínguez, las condiciones de humedad y temperatura "han hecho que se conserven muy bien muchas vestimentas y atuendos".

De hecho, explica que Francisco llevaba una americana "bastante gruesa" y al buscar en el bolsillo interior izquierdo, localizó las cartas de su mujer "y un sobrecito con sellos", fechadas de mayo a junio de 1940, un mes antes de su fusilamiento.

"Se ha podido leer el día a día de ella, que se encuentra con los vecinos y le preguntan por él, y que le transmite que intentará hacer lo posible por él", que "ha ido a hablar con el juez" y que "el próximo lunes le llevaría una cuchara, un plato y una manta", lo que les hace pensar que había comunicación epistolar entre ellos.

Explica que las cartas en blanco y los sellos sin matasellos (la mayoría los tiene de Benimamet, una pedanía de Valencia) podrían ser para "facilitar que Francisco le pudiera contestar desde la cárcel" y añade que hay una carta de un amigo, Antonio Pons, que desconocen quién es, escrita con tinta -en vez de lápiz- "y conservada peor".

Francisco está identificado por las cartas pero, así como otros familiares buscan a sus víctimas, a él nadie le reclamaba: "Era la tristeza de saber quién es y no tener a nadie a quién dárselo", ha lamentado.

A través de la asociación empezaron a "mover hilos, y tirando de redes sociales y medios" se ha localizado a su hijo, con el mismo nombre, y dos nietos, Francisco y Juan Luis, que han mostrado emocionados el carnet de identidad de su abuela Nieves.

Reconocen que desconocían que sus abuelos se hubieran escrito desde la cárcel y que su padre y su tía les habían contado muchas veces que cuando ella tenía 9 años y su padre 6, se llevaron a su abuelo en un camión por tercera y definitiva vez, ya que dos anteriores se lo habían llevado y había vuelto. 

"Cuando cogen a mi abuelo y lo meten en el camión por las buenas, mi tía empezó a golpearlo gritando en valenciano: '¡Sacad a mi padre, que lo vais a matar, asesinos!', y mi padre agarrado a la falda de su hermana", cuenta Francisco, que confía en que su padre se recupere para "compartir la emoción" del hallazgo de su padre y de las cartas.

Para Juan Luis el hallazgo ha sido "una sorpresa grande, inesperada y emocionante" y cuenta que ese suceso "trastornó" a su tía hasta el final de sus días y causó un "trauma" a su padre que "siempre ha tenido terror a la Guardia Civil".

El presidente de la citada Asociación de Víctimas, Juan José González, ha expresado la "alegría" de ver que la exhumación iniciada el 6 de junio da sus frutos y haber encontrado "a los primeros sin necesidad de ADN ni ninguna prueba".

"Las cartas son de una mujer desesperada por querer sacar a su marido de la cárcel", resalta para contar cómo se movilizaron para encontrar a los familiares, a los que han trasmitido que en la Causa General en Madrid podrán encontrar quién y por qué fue acusado y fusilado su abuelo y en qué cárceles estuvo.

Francisco agradece el trabajo de la asociación y los arqueólogos, lamenta que las "gestiones" de su abuela y amigos no llegaran a tiempo para liberar a su abuelo y asegura que les han "devuelto la vida" y ahora podrán enterrarlo "dignamente".

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