S.L. tiene 23 años, y asegura que lleva desde los 15 viviendo en la calle porque sus padres no aceptaron nunca su condición de transexual. Tras haber estado en boca de todos por el revuelo generado en la Barriada España el pasado verano, donde reconoce que “pagué con los vecinos” los problemas personales que tenía, y les pide perdón por ello, ahora su mudanza a un bajo de la Plaza Pota de La Plata ha puesto en alerta a los residentes de este barrio, que ya han tomado medidas. Lo han hecho a través de la Asociación de Vecinos Barrio de la Plata, que ha denunciado ante la Policía Nacional y la Local la ocupación ilegal de esta vivienda, propiedad del Ayuntamiento y que llevaba varios años vacía tras el fallecimiento del matrimonio que siempre ha residido allí. Sin embargo, este okupa asegura que no hay malestar como tal, y que pese a la etapa en la Barriada España, no está dispuesto a generar problema de convivencia alguno.
Prueba de ello, como señala, es que él mismo se ha puesto a limpiar la casa, de la asegura que ha sacado hasta ocho bolsas de basura, en una faena en la que se ha topado con “ratas y cucarachas” ante el abandono del inmueble. “Yo no quiero lo mismo que en la Barriada España, no la estoy liando, y pido muchas disculpas a los vecinos porque yo respeto a los vecinos, no insulto a nadie. Siempre me he criado entre gente mayor, pero por favor que no me tabiquen la vivienda”, señala después de que hace unas semanas, tras la denuncia de los vecinos, agentes de la Policía Local acompañados de operarios de Infraestructuras no pudieran tapiar la entrada al encontrarse este joven dentro con más personas. S.L. asegura a Viva Jerez que vive sólo, que no hay una familia, como señalan los vecinos en su denuncia, y que las visitas que ha recibido -pues no quiere salir de la casa para que no tapien la entrada- han sido para ayudarle a tirar basura a los contenedores.
También niega que haya trapicheo de drogas. Prueba de su buena fe, tal y como afirma, es que en el día de hoy tiene previsto acudir a los servicios sociales del Ayuntamiento para pedir un “papel comunitario de convivencia” en el que se compromete a portarse bien. Dice que no ha roto la cerradura de la puerta, sino que encontró una llave en un jardín y que quiere buscar trabajo y pagar una renta mínima de 150 euros y costear la luz de la vivienda. “No me quiero ver más en una calle, por favor”, señala muy afectado.