El abogado del entrenador de fútbol acusado de abusar, embaucar e incluso acosar a veinticinco menores, "aprovechando" su influencia sobre los alevines y cadetes que entrenaba, ha pedido la libre absolución de su cliente al asegurar que los hechos no han quedado acreditados.
El juicio, que se ha celebrado a puerta cerrada, ha quedado este viernes visto para sentencia y el acusado, que se enfrenta a más de cien años de prisión, no ha querido hacer uso del derecho a la última palabra, según han asegurado a Efe fuentes judiciales.
El letrado del entrenador, Agustín Martínez Becerra, ha pedido la nulidad de las actuaciones por dos motivos, una investigación prospectiva por parte de la policía y porque el juicio comenzó a celebrarse el 8 de enero y ha tenido interrupciones por la baja de un magistrado.
El entrenador está acusado de delitos de abuso sexual, exhibicionismo, provocación sexual, corrupción de menores, acoso y embaucamiento sexual a menores.
Martínez Becerra ha negado todos los delitos, aunque ha reconocido que quizás su cliente mantuvo algunas conversaciones no apropiadas con ciertos menores pero que no constituyen delito.
El fiscal mantiene en su escrito final que el acusado sometió a alguno de ellos a tocamientos, a otros les ofreció llevarlos a prostíbulos, botellas de alcohol, dinero e incluso invitarlos a cenar a una hamburguesería a cambio de fotografías de ellos desnudos.
El acusado, de 45 años, permanece en prisión desde el 2 de diciembre de 2016 tras ser detenido en Málaga y es un entrenador de fútbol base que dirigió diversas categorías de alevines y cadetes de varios clubes en la provincia, entre ellos el Málaga CF.
La acusación pública mantiene que el acusado prometía a algunos menores hacerlos capitán, poder jugar más partidos o llevarlos a otros equipos de más categoría si le remitían fotografías de carácter sexual.
El entrenador, que estuvo trabajando veinte años con menores en diversos banquillos de la provincia, mantenía conversaciones de índole sexual por redes sociales con los jugadores y les pedía imágenes de sus órganos genitales.
El acusado, que no presenta ninguna alteración, ni perturbación, según las acusaciones, les enviaba fotos y vídeos pornográficos, mujeres desnudas e incluso imágenes de su cuerpo desnudo.
Los menores, ha mantenido el fiscal, se sentían incómodos pero "mantenían las conversaciones para no provocar el enfado del procesado" y, a algunos de ellos, los amenazó con que si no accedían a sus pretensiones no jugarían, o no les trataría de forma favorable en el equipo.
Además aprovechó viajes con motivo de los partidos que jugaban para sentarse al lado de alguno de ellos y "guiado por el ánimo lúbrico" les enseñaba vídeos con escenas de pornografía entre adultos para posteriormente agredirle sexualmente.
El fiscal, además de la pena de prisión, solicita que el encausado no pueda acercarse ni comunicar con los menores durante años y que cuando cumpla la pena de cárcel, tenga libertad vigilada, "con la prohibición de acudir a acontecimientos deportivos y culturales con presencia de menores de edad".