La Unión Europea afronta la crisis del coronavirus con "solidaridad" y puede ser clave en la planificación de una salida coordinada que reduzca el riesgo de un repunte de la pandemia cuando se relajen las medidas de confinamiento, pero dependerá de que se permita a las instituciones europeas ir más allá de la "buena voluntad de coordinar" una respuesta común donde las competencias siguen siendo nacionales, como es el caso de la Sanidad e Interior.
"Los temas en los que la Unión Europea se encalla, no es porque no funcione bien sino porque en esos temas la UE en realidad no existe. Y ahí la cuestión está en saber si hay voluntad para que la UE intervenga", ha defendido en una entrevista con Europa Press el director de comunicación y portavoz del Parlamento Europeo, Jaume Duch.
"Probablemente, una de las enseñanzas de esta crisis es que tiene que haber algo más que una coordinación basada en la buena voluntad pero no sobre la base de competencias concretas", ha añadido el portavoz europeo, que defiende las ventajas de que los socios gestionen su soberanía de manera compartida, a través de las instituciones de la UE.
Algunos países como Austria o Dinamarca vislumbran la salida y se preparan para relajar sus confinamientos, a pesar de que Bruselas llama a la coordinación a Veintisiete para evitar nuevos picos de contagios si la vuelta no se hace de la mano.
A juicio de Duch será complicado hacer converger el ritmo de países en donde los tiempos de la pandemia son distintos, pero la Eurocámara apoyará una estrategia coordinada por la Comisión Europea que sea "eficaz" a nivel europeo y ayude a evitar repuntes.
"Hay que coordinarlo muy bien no solo para que sea eficaz a nivel europeo, sino para que evitemos que haya reincidencias de esta pandemia en otros meses", razona.
Frente a las dudas por la descoordinación en la primera respuesta europea, Duch sostiene que la Unión Europea tiene "mejores armas" que la mayor parte de regiones del mundo porque cuenta con un sistema sanitario robusto "que hay que conservar y promover" y porque afronta esta crisis desde el respeto a las libertades fundamentales.
Aunque cree que cuando la amenaza quede atrás llegará el momento de "estudiar cómo se reaccionó" en los primeros momentos para corregir los errores, Duch no ve "ninguna utilidad" en enfocar ahora el debate en qué países tardaron más o menos en reaccionar y tomar medidas para contener la propagación del virus.
Preguntado por si las instituciones fallaron por no alertar antes a las capitales o aumentar la presión para que tomarán medidas severas, Duch recuerda que las competencias clave en esta crisis --Salud e Interior-- están en manos de los Estados miembro y el papel de la UE se ve limitado al de la coordinación.
"Lo que está claro en este momento es que en el futuro tendrá que haber un sistema de prevención y de coordinación europeas o de primera respuesta europea que, hasta ahora, no ha existido porque no se creyó necesario o porque no hubo voluntad política para hacerlo", resume.
Además, advierte, el coronavirus está sacando a la luz los límites de la globalización y los riesgos para un bloque como el europeo que no es autosuficiente en producciones esenciales, como ha ocurrido con el material médico de primera necesidad.
"Es algo que no tendría que haber pasado y que se tiene que corregir", sostiene el portavoz de la Eurocámara, para después subrayar que la búsqueda de una solución debe ser también en clave europea y "no intentar Veintisiete correcciones nacionales, que al final son más complicadas y funcionan mucho peor".
La virulencia con la que la pandemia ha impactado en países como Italia y España ha revivido también viejas tensiones entre los países del norte y del sur en la búsqueda de soluciones económicas.
"Parece que algunos gobiernos entienden mejor el concepto de solidaridad que está en el propio nacimiento de la UE y otros a los que les cuesta más o que quizá pasan más tiempo haciendo cuentas", lamenta Duch, que recuerda que para la Eurocámara los eurobonos que reclaman desde Madrid o Roma son una "solución necesaria".
"La Unión fiscal pasa por que haya algún instrumento de emisión conjunta de deuda, eso luego se puede llamar como se llame y los mecanismos y detalles tendrán que estudiarse y tendrán que decidirse", apunta, pero países que comparten un mercado interior y una moneda tienen que tener instrumentos como la posibilidad de emitir deuda conjuntamente.
Pese a todo, el portavoz de la Eurocámara pide "evitar que un árbol no nos deje ver el bosque" y destaca que la UE ha reaccionado con agilidad tomando medidas que no se habían visto antes y que suponen una oferta de liquidez "realmente importante", en referencia, por ejemplo, al plan de un billón de euros lanzado por el BCE y los 37.000 millones de fondos europeos desbloqueados por la UE.
También defiende que ha habido "muchísima más solidaridad" entre los países de la UE que el mediático apoyo de China enviando miles de mascarillas y, al recordársele las trabas iniciales de Francia o Alemania a las exportaciones de material sanitario a otros socios como Italia, Duch recuerda los "esfuerzos de solidaridad" posteriores con el envío de material y el traslado de enfermos graves a regiones colindantes de países fronterizos.
"El ciudadano tiene una cierta idea de una UE todopoderosa que está ahí para solucionar todos los problemas, cuando en realidad lo que tenemos es una UE que sigue en construcción. Una construcción más o menos acabada pero que en algunos temas está en los cimientos", concluye el portavoz del Parlamento Europeo, llamando a los ciudadanos a decidir si quieren empujar para culminar esa construcción y poder exigir soluciones a la UE o prefieren que las competencias sigan siendo nacionales.