Jornada histórica para el PSOE andaluz. El debate previo a la celebración de las primarias que determinará el candidato del partido socialista a presidir la Junta de Andalucía la próxima legislatura transcurrió con serenidad y buenos modos entre los contrincantes, que al final y cabo son compañeros y rivales sólo de forma provisional.
En el minuto final de cada uno de los candidatos se reflejó las principales posturas de sus proyectos para intentar arrebatar a Juanma Moreno la Presidencia de la Junta.
Susana Díaz, la actual secretaria general de los socialistas andaluces, incidió en que hay que "votar en libertad", en referencia a que es una candidata que no está impulsada por el PSOE federal, dirigido por el actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Además, Díaz aseguró que durante su campaña de primarias ha experimentado una "ola imparable de ilusión que estamos viviendo en cada rincón de Andalucía".
El actual alcalde de Sevilla, Juan Espadas, por su parte, resaltó su condición de ser el candidato que encarna "el cambio", que fue igualmente la palabra que más repitió durante un debate que duró una hora y media y que pudo verse en directo por 7TV Andalucía gracias a una programación especial que aunó los servicios informativos de la cadena y el programa Acento Andaluz.
Espadas calificó su candidatura como "el inicio del principio del fin de las encuestas que consolidan a la derecha en Andalucía", en clara alusión al sondeo publicado por este medio entre el lunes y el martes, que pronostica un espectacular aumento de los escaños del PP desde los 26 actuales a 50 en unas futuras elecciones autonómicas.
También insistió Espadas en que el PSOE tiene que volver a ser un "partido útil, sin peleas", que sirva a la ciudadanía sin complejos y sin disensiones internas.
Luis Ángel Hierro insistió en su minuto final en que se considera el candidato que encarna "a las bases", a un proyecto surgido de la militancia, donde el contenido programático es más importante que la trayectoria política.
Hierro no paró de decir que su proyecto es de un "votante más de izquierdas" y "más de la militancia".
Cuatro bloques
El debate constó de cuatro bloques temáticos de 12 minutos cada uno.
En ellos se trataron la "Sanidad, pandemia y Andalucía pos Covid"; el "Empleo, economía y política fiscal"; los "Servicios públicos esenciales y derechos básicos" y, por último, la "Andalucía, España y Europa".
Las intervenciones estuvieron moderadas por la delegada de El País en Andalucía, Eva Saiz, y el control de los tiempos lo llevó un equipo de árbitros de baloncesto, cuya labor fue impecable.
Durante el transcurso de los cuatro bloques, la tónica general fue que tanto Espadas como Hierro intentaron debatir ideas y posibilidades de futuro, incluso con algún reproche directo a sus rivales, mientras que Díaz se limitó a hacer propuestas y esbozos de qué medidas pondría en marcha si vuelve a ser presidenta de Andalucía.
Precisamente su pasado como gestora fue la debilidad que atacó Espadas. El alcalde hispalense le reprochó en varias ocasiones que durante sus años de gobierno no hubiera, por ejemplo, mejorado y consolidado la sanidad pública, algo que ha tenido fatídicas consecuencias con la pandemia.
Espadas se erigió como la persona que puede "revertir la pérdida de votos que está consolidando a la derecha" en Andalucía.
Igualmente aseguró que su candidatura ha devuelto la ilusión a los socialistas andaluces y se mostró convencido de que "necesitamos un cambio".
Díaz, por su parte, sólo atacó con el hecho de que Espadas tenga el apoyo Sánchez y que eso suponga una pérdida de independencia del PSOE-A. "¿Qué modelo de partido queremos? Uno dirigido desde Madrid o desde aquí", se preguntó.
Hierro, que estuvo más inquisitivo con Espadas que con Díaz, muy cómoda en su papel institucional, le achacó que como alcalde no sepa si subir o bajar los impuestos municipales. "Hay que decirles a los ciudadanos que vamos a necesitar más impuestos. No se puede ser de izquierdas y estar bajando impuestos", sentenció.
Finalmente, no hubo referencias a las veladas acusaciones de machismo que Díaz había efectuado para desprestigiar la candidatura de Espadas.
Un tema con el que nadie en el PSOE se encontraba a gusto, que ha hecho siempre bandera de la igualdad, y que ayer desapareció de un debate marcado por los buenos modos y la serenidad.