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Los atracadores de la sede de Unicaja acusan a su abogado de estafa

Los imputados tienen tres días para buscar una nueva defensa legal que no sea de oficio

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  • El fiscal pide para cada acusado 53 años de cárcel por robo, tenencia de armas y secuestro
Los tres acusados del atraco con rehenes llevado a cabo en la sucursal de Unicaja de la calle Batalla del Salado el 16 de octubre de 2007 tuvieron ayer la primera vista del juicio que se cursa contra ellos bajo las imputaciones de robo con fuerza, detención ilegal (secuestro) y tenencia ilícita de armas.

El fiscal pide para cada uno de los acusados 53 años y medio de cárcel (tres años y medio por el robo y otros seis años por cada uno de los ocho delitos de secuestro), además de la pena solicitada por el armamento utilizado durante el atraco -pistolas y cuchillos-.

El juicio quedó suspendido dado que uno de los acusados, Eros T., pidió al juez que le otorgase tiempo para buscar una nueva defensa. Al parecer, y según relataba el acusado, los tres implicados habían sido supuestamente objeto de estafa por parte de su anterior abogado, quien tras haber cobrado sus honorarios de 6.500 euros habría renunciado el caso sin haber devuelto el dinero.

El juez accedió a la suspensión del proceso sin fecha de reanudación fija, dando a los acusados un plazo de tres días contando desde hoy para acceder a una nueva defensa. Caso de que no encontrasen abogado, se daría parte al Colegio de Abogados de Cádiz, que les asignará un abogado de oficio. Los otros dos acusados, Gerardo Z. y Massimo.L., suscribieron la acusación de E.T.

Fuentes judiciales reseñaron que, si bien los asaltantes no lograron llevarse ningún botín porque fueron detenidos en el mismo lugar de los hechos en una intervención conjunta de la Guardia Civil y la Policía Local de Tarifa, en los bolsillos tenían entre 2.000 y 3.000 euros, si bien en la caja de la sucursal faltaban 6.000 euros al día siguiente, por lo que el paradero de ese dinero se ha dado por desconocido.

Angustia
Los ocho rehenes que permanecieron en la sucursal bancaria durante la perpetración del asalto vivieron una experiencia terrorífica que luego relataron a sus allegados y medios de comunicación de todo el país. Entre ellos se encontraba el director de la sucursal, un empleado del banco, una cajera, una mujer joven que sufrió un ataque de ansiedad y que fue la única que no fue maniatada por los asaltantes.

La acción combinada de las Guardia Civil y la Policía Local de Tarifa dio lugar a la detención de los tres acusados sin que llegase a producirse ningún disparo. Eso sí, uno de los atracadores cayó desde un tejado al intentar huir y resultó herido leve.

El alcalde de Tarifa, Miguel Manella, se encontraba de viaje en el momento de ocurrir los hechos, pero fue informado de todo durante la jornada de aquel 16 de octubre.

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