No me perderé en circunloquios absurdos. Iré al grano apoyándome en el asidero ocurrente y certero que me proporciona, como en otras muchas ocasiones, el humorista, comunicador y empresario Manu Sánchez. Hace unas semanas firmó una columna en la SER titulada “Que emprenda tu padre” en la que tumbaba con argumentos y su propio ejemplo la versión edulcorada del emprendimiento y de los mensajes de la administración pública para crear y apostar por nuevas empresas o proyectos.
Concluye la segunda temporada de Acento Andaluz de Ondaluz TV Andalucía que tengo la fortuna de dirigir y, la verdad, creo que, mejor o peor, hemos apuntalado un proyecto comunicativo andaluz, con invitados y tertulianos andaluces de distintas ideologías, y asuntos de actualidad andaluces o nacionales que incumben a Andalucía. De septiembre a julio, durante 44 semanas, hemos completado 136 programas. De lunes a jueves, hemos informado y reflexionado sobre Andalucía gracias al trabajo y el talento de trabajadores y colaboradores. Esto ha sido posible gracias a la apuesta de un empresario, el dueño de Publicaciones del Sur, que tendrá todo el derecho a pensar en adelante “que emprenda tu padre”.
Es cierto que han desfilado por el plató de Acento Andaluz, que se emite por las 36 televisiones locales de Ondaluz repartidas por las 8 provincias, todo el Gobierno andaluz -el anterior y el nuevo- (nos falta la presidenta), presidentes de diputaciones, alcaldes de capitales de provincia y municipios importantes; líderes de los partidos con representación parlamentaria; los agentes sociales, rectores; economistas, artistas, cantantes, periodistas, cineastas, dramaturgos, humoristas, cocineros, filósofos, catedráticos, y un largo etcétera…
La predisposición de todos ha sido formidable para contarnos su proyecto de vida en y por Andalucía. Sin embargo, este producto netamente andaluz no debe ser merecedor del aliento de las administraciones que tienen, a mi juicio, no que financiar, pero sí ayudar a que los medios puedan difundir su trabajo. O no creen en él o no creen, particularmente, en el acento de fibra progresista, corazón social y honestidad crítica plural que trasladamos. Es decir, “mucho te quiero perrito” a la hora de usar nuestra plataforma para acercar su discurso a la ciudadanía, “pero pan poquito” cuando se trata de apostar por relanzar uno de los pocos altavoces andaluces que quedan en el mapa mediático de nuestra comunidad.
No nos queda otra que seguir informando e intentar ser influyentes hasta que nuestro empresario se canse y espete: “¡que emprenda tu padre!” Si eso ocurre, habrá un megáfono menos para que suene el acento que mejor entendemos los andaluces: el acento andaluz. ¡Sonará, entonces, con más fuerza, el acento castellano!
