De todas las preguntas sin respuesta que nos arroja a diario esta pandemia, la más inexplicable sigue siendo lo que continúa ocurriendo en las residencias de mayores. Seamos condescendientes con los gobiernos y pensemos que era inevitable que este maldito virus les sorprendiera en su primera embestida. Ahora bien, ocho meses después, ¿cómo es posible que los políticos no hayan puesto remedio ante la realidad de unos centros que, como dice la Federación de Asociaciones de Mayores de Andalucía, son los hogares de los mayores y no sus hospitales si resultan contagiados?Los datos de la última semana, disparados incontroladamente en Andalucía y España, revelan el mayor fracaso, rozando la negligencia, de unos poderes públicos que no han sabido proteger a quienes nos lo dieron todo para estar hoy aquí.
Capítulo aparte merece la metedura de pata del consejero andaluz de salud cuando replicó días atrás a una portavoz socialista en el Parlamento: “Compare y si encuentra algo mejor, cómprelo”. Con este exitoso eslogan publicitario, en 1985, el empresario Manuel Luque disparó las ventas del detergente Colón. 35 años después, Jesús Aguirre usó este popular spot para garantizar que la situación en las residencias de mayores en Andalucía es mejor que en otros territorios.
La máxima autoridad sanitaria de la comunidad no atinó en su respuesta, ni en la forma ni en el fondo. Es cierto que, en el acumulado desde marzo, la incidencia en las residencias es un poco menor que la media nacional, pero no es la comunidad menos afectada. Canarias, Cantabria o Asturias tienen menor número de decesos. Además, desde septiembre Andalucía lidera el número de contagios en la segunda ola de la pandemia. Más allá del mensaje, la manera de comunicarlo fue también muy desafortunada. No creo que actuara de mala fe. No pienso que quisiera decir que si hay una comunidad con menos muertos y contagios cambiemos nuestros muertos y nuestros contagios por los de otro territorio. Por ello, debe cuidarse en el fragor del debate político de este tipo de frivolidades o chistes fáciles para referirse a uno de los dramas mayúsculos de la Covid: el casi millar de ancianos que han fallecido y los 3.200 contagios a día de hoy en las residencias andaluzas. Estas cifras son las que deben combatir el consejero de Salud y la Junta de Andalucíay no al adversario que se tercie en un Parlamento cada día más alejado de lo que ocurre fuera.
