El diputado de Presidencia, Lucha contra la despoblación y Turismo, Fernando Giménez, ha tenido el honor de ser el pregonero de la Semana Santa de la Hermandad del Prendimiento en un emotivo acto que se ha celebrado en la Catedral de Almería. Giménez ha proclamado el XXXI Pregón de esta Hermandad que, como todas las de la provincia, afronta con gran ilusión esta Semana Santa para que las procesiones puedan volver a llenar las calles de fe si la situación sanitaria lo permite.
El diputado ha estado acompañado por el presidente de Diputación, Javier A. García; el vicepresidente de la Institución Provincial, Ángel Escobar; la diputada Matilde Díaz: la teniente de Alcalde, María del Mar Vázquez; el presidente de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Almería, Isaac Vilches, así como de la hermana mayor del Prendimiento, María del Mar Marín; el sacerdote Ramón Garrido, que ha presentado al pregonero, entre otras autoridades, personalidades de la Cofradía, la Semana Santa y de la sociedad almeriense.
"En esta Santa Iglesia Catedral, robusta fortaleza de la esperanza cristiana, testigo de generaciones y baluarte de la fe de un pueblo, se custodian tres amores a los que imploro perdón y misericordia. A los que pido me guíen para que mis pobres y torpes palabras se aproximen a lo que ellos quieren que yo hoy aquí haga llegar a tantos hermanos y amigos. En esta noche que mi voz tiembla de emoción, que mi mente se sumerge en una historia maravillosa, quiero lanzar un cántico a los tres amores: Jesús Sacramentado, Jesús Prendido y Cautivo y nuestra Madre de la Merced", con estas palabras Giménez iniciaba su pregón, lleno de sentimientos y vivencias personales.
El pregonero del Prendimiento ha agradecido a la Hermandad su designación y ha recordado que con "mi familia, con mis padres y hermanos, han ido sintiendo conmigo la pasión por nuestros titulares. Se ha ido haciendo tradición y costumbre en casa viviéndola cada uno a su manera. Mi sobrina y mi madre han sido nazarenas. Los demás acudiendo a la cita del Miércoles Santo. Todos acercándonos al respeto, el orden y la uniformidad de un río de cirios que abren el paso de nuestras benditas advocaciones".
Giménez ha subrayado un año, 1996, cuando "los sueños, ilusiones, la devoción, piedad, proyectos y planes se convirtieron en cenizas. Pero lo que no imaginaban las llamas destructoras es que la fe de aquellos hombres y mujeres era indestructible. Sus penas y lamentos pronto se convirtieron en renovados esfuerzos, un ave Fénix resurgido de las cenizas fruto del empeño colectivo, como nunca antes se había visto".
El diputado ha recordado en su pregón que "cada Jueves Santo la liturgia evoca aquella cena del Señor con sus discípulos que les dio a tomar su cuerpo y su sangre y les mandó a ellos y a sus sucesores en el sacerdocio que lo perpetuasen. El Prendimiento ha preparado el terreno, ha llenado de fe a Almería, para poder ese Jueves visitar los sagrarios, contemplar los monumentos, sabiendo que ahí dentro está Dios mismo que nos aguarda, que nos espera".