La Audiencia Provincial ha condenado a 21 años y seis meses de cárcel a un hombre de 66 años acusado de intentar matar en agosto de 2011 con una gavilla de hierro y con un hacha a su exmujer y a la hermana de esta, quien acudió a prestarle auxilio al oír los golpes que provenía del domicilio.
La sentencia de la Sección Tercera impone a J.M.R. la pena de 14 años de prisión como autor de un delito de asesinato en grado de tentativa en concurso medial con un delito de allanamiento de morada en el caso de su exesposa mientras que considera el ataque a la otra víctima como un homicidio en tentativo, por el que le condena a siete años y seis meses de cárcel, según han indicado a Europa Press fuentes judiciales.
La resolución, que se aviene a las conclusiones tanto de la Fiscalía como de la acusación particular, considera, asimismo, que el procesado, quien ya cumplió condena por la muerte en 1998 del hermano de las víctimas con la ayuda de un sicario y había salido de la cárcel 15 días antes de los hechos, debe indemnizar a cada una de las mujeres con 60.000 euros por las lesiones que sufrieron durante el asalto.
J.M.R., de 66 años, aseguró ante el tribunal que acudió al domicilio de la mujer de madrugada con la intención de "hablar" con ella para que "recapacitase" y "pidiera perdón" a un hijo de ambos "con el que había discutido" y afirmó que no recordaba la agresión aunque sí los gritos de la víctima advirtiéndole "me estás dando a mi".
Los hechos se remontan al 29 de agosto de 2011 cuando el acusado se personó en la vivienda del barrio de Tarambana, en El Ejido (Almería), en el que residía su exmujer, de 55 años, con ánimo de acabar con su vida y accedió al interior sin su consentimiento tras fracturar una de las puertas de acceso con un hacha.
A continuación, para evitar que ella pudiera escapar por otra puerta que comunicaba la calle con la cocina del inmueble, la atrancó con un palo y una cuerda "con el único propósito de eliminar cualquier posibilidad de riesgo que pudiera frustrar la ejecución material del acto que pretendía ejecutar".
La víctima, al escuchar los golpes, se levantó de la cama e intentó huir sin éxito hasta que J.M.R. la alcanzó y comenzó a pegarle con una gavilla de hierro en diversas partes del cuerpo. El ruido alertó a su hermana, que residía en la vivienda colindante y que acudió rauda para ver lo que ocurría.
Cuando esta llegó a la casa, observó como agredía a su hermana el acusado, quien, al verla, sacó un hacha y le asestó golpes en la cabeza, el pecho y la clavícula en varias ocasiones con "ánimo de acabar con su vida".
Finalmente ambas pudieron escapar aprovechando un descuido de J.M.R., a quien arrebataron el hacha para esconderla detrás de la lavadora. La exmujer del acusado sufrió múltiples heridas incisocontusas por arma blanca, contusiones y erosiones múltiples, así como un cuadro de ansiedad por el que precisó tratamiento psiquiátrico. Tardó en curar 33 días y le han quedado numerosas secuelas físicas en forma cicatriz.
Su hermana, de 45 años, sufrió heridas graves que precisaron tratamiento médico y quirúrgico para poder estabilizar su estado de salud y suturar las múltiples heridas. Tuvo que ser atendida en el servicio de neurocirugía del complejo hospitalario de Torrecárdenas y precisó, asimismo, tratamiento por salud mental. También le han quedado numerosas secuelas.