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Análisis: Core Keeper

Lo primero que salta a la vista en Core Keeper es esa fusión tan lograda entre el espíritu relajante y creativo de Stardew Valley y la libertad de Minecraft

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  • Core Keeper.

Después de años de anticipación, Core Keeper finalmente ha lanzado su versión 1.0, y con ello ha llegado una joya indiscutible al catálogo de Nintendo Switch. Desde que apareció en 2021 en acceso anticipado, el juego de Pugstorm atrapó a miles de jugadores con su propuesta de exploración y construcción en un vasto mundo subterráneo.

Ahora, en su versión final, es como si cada elemento hubiera evolucionado para ofrecer una experiencia de juego pulida, cargada de posibilidades y secretos para descubrir en cada rincón. Es un título ideal para esos momentos en los que buscas desconectarte, sumergirte en un mundo propio y perder la noción del tiempo mientras excavas, construyes y descubres lo que ocultan las sombras bajo la superficie.

Lo primero que salta a la vista en Core Keeper es esa fusión tan bien lograda entre el espíritu relajante y creativo de Stardew Valley y la libertad absoluta de Minecraft.

Aquí, uno no tiene que apresurarse; puede tomarse su tiempo para explorar a su propio ritmo, decidiendo qué hacer y cuándo hacerlo. Al inicio, el juego puede resultar algo abrumador, con esa sensación de “¿Qué hago ahora?”, pero esa misma libertad es lo que hace que la experiencia sea tan refrescante y cautivadora.

En lugar de seguir un camino predefinido, el jugador tiene la oportunidad de moldear su propio viaje en Aeternum, un mundo misterioso y vivo que responde a tus decisiones y esfuerzos.

La historia comienza con la creación de tu mundo y personaje, una introducción sencilla que abre las puertas a la aventura de inmediato. Aunque se pueden ajustar ciertos parámetros para personalizar la dificultad y la configuración del terreno, lo ideal es dejar todo en su configuración predeterminada la primera vez. Esto permite adentrarse en el misterio y la imprevisibilidad de los entornos generados proceduralmente. Cada partida es única, un detalle que incentiva la rejugabilidad y mantiene la frescura en cada sesión. Y si encuentras una configuración particularmente atractiva, puedes copiar y compartir la semilla de tu mundo con otros jugadores, ampliando las posibilidades de juego.

Core Keeper.

El siguiente paso es elegir una ocupación inicial para tu personaje. Aunque esta elección no es determinante ni limita el avance, aporta ciertos beneficios que pueden dar una ventaja inicial, como el pico de cobre del Minero o el farol del Explorador. Estas ocupaciones —que van desde el Luchador hasta el Chef o el Brujo— añaden un toque de personalización sin ser restrictivas, permitiendo que cada jugador experimente diferentes estilos y enfoques en sus aventuras.

Y entonces llega el momento de empezar a excavar. Esa sensación de descubrimiento al adentrarse en las entrañas de la tierra, buscando minerales y otros recursos, evoca inevitablemente la nostalgia de la mina de Stardew Valley, pero aquí la experiencia está amplificada. Todo el terreno es modificable, y tienes total libertad para transformar el entorno a tu gusto. Core Keeper permite moldear la tierra, construir y destruir con la misma facilidad, mientras avanzas en busca de los recursos necesarios para activar el núcleo, un objetivo inicial que se convierte en la primera gran misión del juego. Para conseguirlo, deberás enfrentarte a tres jefes que custodian los cristales necesarios para su activación, lo cual agrega una capa de desafío y emoción que te mantiene constantemente en movimiento y alerta.

Cada recurso tiene su propósito y valor, desde la madera hasta la tierra y el césped. A medida que avanzas, la organización se vuelve crucial, ya que cada material tiene sus usos específicos en la construcción de herramientas, estructuras y objetos útiles para tu base. Aquí, el juego introduce una mecánica de almacenamiento que te permite gestionar tus recursos de manera eficiente. Colocar los materiales de construcción cerca de las mesas de trabajo o herramientas es clave, ya que así el juego reconoce automáticamente los recursos disponibles, facilitando el proceso de creación y organización. Este sistema de crafteo no solo es práctico, sino que añade un nivel de satisfacción al ver cómo tu base crece y se organiza en función de tus necesidades y preferencias.

Conforme exploras, encontrarás cofres cerrados que requieren llaves, lo cual añade otro objetivo de largo plazo. Estos cofres, que puedes trasladar a tu base y abrir cuando tengas la llave adecuada, contienen valiosos recursos y sorpresas, recompensando tu esfuerzo y curiosidad por explorar cada rincón del mundo subterráneo.

La progresión en Core Keeper se centra en la experiencia adquirida a través de cada acción realizada. Ya sea minar, construir o cocinar, cada tarea otorga puntos de experiencia que se pueden invertir en mejorar habilidades específicas. A medida que subes de nivel, se te presentarán opciones de mejora en diversas ramas, permitiéndote especializarte en el tipo de habilidades que más se adapten a tu estilo de juego. Sin embargo, la elección debe ser cuidadosa, ya que solo podrás completar una rama en su totalidad, además de obtener una habilidad extra. Esta decisión estratégica añade profundidad a la progresión del personaje y fomenta la planificación a largo plazo.

Una de las grandes ventajas de Core Keeper es su accesibilidad: siempre tendrás la posibilidad de fabricar picos, palas, antorchas y cofres, lo cual minimiza la posibilidad de quedar atrapado sin herramientas. La madera, que abunda en casi toda la mina, se puede plantar y cosechar, asegurando un suministro constante para seguir avanzando en tu aventura sin grandes preocupaciones.

En cuanto a la atmósfera, Core Keeper ha logrado capturar la esencia de un mundo que nunca duerme. No existen ciclos de día y noche, lo que significa que siempre hay algo que hacer, ya sea mejorar tu base, excavar un nuevo túnel, cultivar tu huerto, o simplemente explorar lo desconocido. Este aspecto contribuye a que el tiempo pase sin que te des cuenta, manteniéndote enganchado en una dinámica de constante descubrimiento. Además, el juego ofrece un modo multijugador que potencia la experiencia al permitir la colaboración y el trabajo en equipo, lo cual resulta en una experiencia increíblemente entretenida y adictiva.

En conclusión, Core Keeper en Nintendo Switch se posiciona como uno de los títulos más atractivos para los amantes de la exploración, la construcción y la gestión de recursos. Es un juego que atrapa desde el primer momento y que ofrece una experiencia casi infinita, donde cada partida es un mundo nuevo por descubrir. Con su combinación de mecánicas adictivas, una atmósfera envolvente y un sistema de progresión cuidadosamente diseñado, Core Keeper es, sin duda, un título imprescindible para cualquier jugador que busque perderse en una aventura subterránea única y personal.

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