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¿Quién va a dar la cara para explicar las obras de La Carrera?

Ha sido mucho lo que se ha escrito en los últimos meses en relación con las obras que ejecuta el Ayuntamiento para la mejora de la calle Bernabé Soriano...

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Ha sido mucho lo que se ha escrito en los últimos meses en relación con las obras que ejecuta el Ayuntamiento para la mejora de la calle Bernabé Soriano, más conocida por La Carrera, aunque seguramente lo que quedaba por decir es que se ha convertido en un auténtico despropósito, y menos mal que a principios de diciembre está previsto que haya un parón para que los comerciantes de esta céntrica vía no se vean perjudicados durante las compras de Navidad. Estas obras se iniciaron con retraso, originaron el malestar de los vecinos y de los propietarios de los establecimientos, pero el diálogo calmó la inquietud, hasta que empezaron los trabajos; en su desarrollo se han podido observar numerosas incidencias que recuerdan más al famoso 'Pepe Gotera y Otilio, chapuzas a domicilio' que a una realización proyectada por el Ayuntamiento de una moderna ciudad del siglo XXI. No sabemos cómo se realizarán las obras en otras zonas, pero en el caso que nos ocupa, además de chapucera, como ya queda dicho, la ejecución del proyecto para remodelar una de las principales calles, ha tenido que soportar continuas improvisaciones, como deshacer varias veces el camino ya andado, como ocurre en este momento en que de nuevo se ve a los trabajadores levantando todo el acerado, la misma tarea ya realizada hace semanas, porque no se había tenido en cuenta en el inicio la longitud exacta de la calzada, y hay que rehacer  el trabajo, con lo que supone de más gasto, en momentos en los que se impone la austeridad, y por supuesto de molestias para el vecindario de la calle, los negocios que en ella se ubican y el conjunto de los ciudadanos que la transitan.

Pero no sólo esto, es que además hemos detectado en diferentes ocasiones la ausencia de las más elementales normas de riesgos laborales, lo cual es grave y más cuando hay una administración detrás, y podemos afirmar rotundamente que si no ha habido accidentes, incluso de gravedad, no ha sido por falta de ocasiones. El Ayuntamiento debe tomar buena nota de lo que está ocurriendo, dar las explicaciones oportunas a la ciudadanía y exigir las responsabilidades a que haya lugar. En los últimos años el Ayuntamiento ha quedado en muy mal lugar por culpa de algunas de las obras a las que ha tenido que hacer frente y nos viene a la memoria el caso, también sonado, de la calle Martínez Molina. Está visto que esta práctica no depende del color del equipo de gobierno municipal, por lo que no deberían confrontar por esta causa. El caso de La Carrera viene a decir que el PSOE no puede poner colorado al PP, por el contrario quienes hoy gobiernan  harían bien en adoptar medidas para que el espectáculo de esta nefasta obra municipal no siga dando que hablar, y de paso deberían dar la cara.

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