La Consejería de Salud y Familias promueve la alimentación saludable y la dieta mediterránea durante la infancia y a lo largo de toda la vida en el marco del Día Mundial de la Alimentación, que cada año se celebra el 16 de octubre auspiciado por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Bajo el lema 'El futuro de la alimentación está en nuestras manos', en 2021, esta efeméride se centra también en fomentar un sistema agroalimentario sostenible, para mejorar la nutrición, la producción y el medio ambiente en pro del bienestar y la salud colectiva, según ha explicado la Consejería en un comunicado.
La conmemoración del Día Mundial de la Alimentación se inscribe, asimismo, en el marco del Año Internacional de las Frutas y Verduras 2021 ('http://www.fao.org/fruits-vegetables-2021/es'), que pretende sensibilizar sobre la importancia de las frutas y verduras para la nutrición humana, la seguridad alimentaria y la salud, para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
Desde la Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica, a través del Plan Integral de Obesidad Infantil, se resalta que, durante la infancia, la alimentación debe proporcionar energía para mantener las funciones vitales y cubrir unas necesidades mayores relacionadas con el crecimiento y el desarrollo psicomotor.
La Administración ha señalado que las necesidades energéticas y nutricionales están cubiertas por el amamantamiento materno exclusivo (o, en caso de que no sea posible, por la leche adaptada) hasta los seis meses, y a partir de entonces hay que ir incorporando nuevos alimentos de forma progresiva y en las cantidades adecuadas, adaptándose, también, al desarrollo psicomotor y al interés del bebé.
Asimismo, ha indicado que en este periodo es importante favorecer las condiciones que permitan la adquisición progresiva de unos hábitos alimentarios saludables y una buena relación con la comida. El proceso de aprendizaje de hábitos alimentarios es especialmente importante durante los primeros años de vida ya que, además de facilitar un buen estado nutricional y un crecimiento óptimo, puede ayudar a consolidar la adquisición de hábitos saludables para la edad adulta.
Una alimentación poco saludable y la falta de práctica regular de actividad física son las principales causas de las enfermedades crónicas más importantes. La infancia y la adolescencia son periodos cruciales para actuar sobre la conducta alimentaria y el sedentarismo, ya que las costumbres adquiridas en esta etapa van a ser determinantes del estado de salud de la futura persona adulta.
En este sentido, desde la Consejería de Educación y Deporte en colaboración con la Consejería de Salud y Familias se ha trabajado en un programa de hábitos de vida saludable para las escuelas infantiles denominado "Creciendo en Salud 0-3", que contará con un pilotaje para este curso escolar 2021/22.
LA IMPORTANCIA DE RECUPERAR LA DIETA MEDITERRÁNEA
La dieta mediterránea es el patrón de alimentación seguido antiguamente en los países ribereños del mediterráneo, cuando la mayor parte de los alimentos eran frescos y de proximidad (cultivados, pescados o criados y comprados cerca de donde se vivía) y cuando se consumían muy pocos productos elaborados por la industria alimentaria.
Es actualmente la dieta más recomendable para toda la familia y en todos los hogares, porque es la que mejor se corresponde con nuestra forma de vivir y de relacionarnos con el entorno. Es saludable porque es rica en sustancias antioxidantes que protegen frente al deterioro celular, es baja en grasas perjudiciales para la salud (ácidos grasos saturados) y rica en grasas beneficiosas, como son los ácidos grasos monoinsaturados. Además, tiene abundantes carbohidratos complejos y fibra.
Los cambios en los estilos de vida, con un patrón de actividad física más sedentario y unos hábitos alimentarios que priorizan el consumo de comidas y bebidas ultraprocesadas y el elevado consumo de los productos de origen animal en detrimento de los de origen vegetal, influyen en el abandono de la dieta mediterránea. Comer fuera de casa con frecuencia, elegir comida rápida y, en general, utilizar alimentos preparados por la industria alimentaria es lo que está desplazando esta dieta tradicional tan saludable.
Para fomentar un modelo alimentario más saludable, justo y sostenible, es importante consumir de forma consciente e informada. Se deben priorizar los alimentos de temporada, de proximidad, alimentos que se venden a granel y sin envases, especialmente de plástico por su difícil gestión. El Plan Integral de Obesidad Infantil de Andalucía ha editado materiales con recomendaciones dirigidas a las familias andaluzas para promover la dieta mediterránea.