Ayer comenzó de verdad la posibilidad de una legislatura larga. Los presupuestos del Estado empezaron a debatirse en el pleno del Congreso con las enmiendas a la totalidad. La más importante es la del Partido Popular, porque encarna -o debería encarnar- el cambio de gobierno que toda democracia exige para “llevar algún día las riendas de nuestra sociedad”, como declaró la andaluza María Jesús Montero. Casado contestó, con soltura y sin leer, sobre la bajada generalizada de impuestos y que sin impuestos todo es posible y mejor. Las enmiendas a la totalidad no saldrán adelante por lo que es más que previsible que España tendrá a final de año nuevo presupuesto.
Los discursos enfrentados entre el gobierno y la oposición son lo habitual. Pero es difícil oponerse al hecho de que España se ha situado a la cabeza del mundo en población vacunada, 88,5% con la doble dosis. Tampoco es posible oponerse al diálogo social del gobierno con los agentes sociales que ha conseguido evitar la salida masiva de trabajadores gracias a la figura de los Ertes. Aún hay 190.718, pero es que el 20 de abril de 2020 se alcanzaron los 4.055.068 de afectados. Esos ertes han sido la mejor medida social adoptada en España nunca. Con un coste económico muy alto pero con una rentabilidad social para empresas, trabajadores y autónomos nunca vista en anteriores crisis.
El discurso del líder de la oposición tenía que tener de un encendido tono destructivo (“presupuesto muerto”- “su ultimo presupuesto” -“gobierno nefasto”), porque está siendo mirado con lupa por su partido, la sombra de Ayuso -vigilada por García Egea- parece alargada y las condenas a la contabilidad del partido dejan huella. Sin embargo era mal día para el catastrofismo. Es verdad que -como ha destacado Casado- el monto de la deuda y el déficit son excesivamente elevados, pero ignorar que la pandemia ha existido es intelectualmente absurdo. Ha afectado a todos los países. El día amanecía con dos datos que favorecían al gobierno: que el paro se reducía por primera vez en un mes de octubre desde 1975 y que se creaban 159.000 empleos, acercándose España a los 20 millones de afiliación a la Seguridad Social -19.690.590, nuevo récord de la serie histórica-.
Con presupuestos, la legislatura será larga y la oposición debe repensar su estrategia.