O en la mía. “Mi casa es la tuya”, es ahora el nombre del programa. Feijóo se fue a la casa  de Madrid del conocido cantante y dinamizador  televisivo jerezano para hacer su presentación amable ante la audiencia televisiva del sábado noche.  Consiguieron que 1.200.000 personas lo vieran. Algo menos que “¿Quién quiere ser millonario?”.  No está  mal lograr un porcentaje  de audiencia del 10,7%.  Tampoco rompió moldes Bertín, pero fue una audiencia notable.

La novedad del programa era sabida  porque Feijóo se  ha jactado  de ello  para apuntalar su imagen   trasversal:  que en 1982  votó  a  Felipe González. Éste lo agradeció, desde una grabación preparada, y lo achacó,  con ironía, a “pecados de juventud” del gallego. Alabó hasta el extremo a Felipe y descalificó hasta el infinito al PSOE de Pedro Sánchez.  Feijóo se identifica con el PSOE de Felipe pero todo su trabajo político ha sido con el PP, bien  con Aznar o con Fraga. Luego con Rajoy.  Está claro que a los muertos y a los antiguos les encanta eso  de  que “Todo tiempo pasado fue mejor”. No lo fue realmente. 

Del pasado se recuerdan momentos importantes  dignos de rememorar pero  esconde cadáveres exquisitos que no se desentierran para no provocar mala conciencia. Las alabanzas  desmedidas a Carrillo, Fraga, Suárez y González  suenan a destiempo. Cada uno tiene su historia. Vivieron un tiempo especial de cambio político y tratar de comparar, tras 40 años, no se sostiene. Pablo Casado, sin embargo, que  fue de ayer ni Feijóo, ni Moreno, ni Ayuso  se acordaban ya  de él. Prefirieron comer las tapas de Bertín.

Bertín es todo menos  agresivo y el encuentro dio pie  a presentar  a un hombre   templado, que espera su momento, pero sin dar por descontado que ese momento llegará.   La  insistencia  de Bertín sobre  las posibles alianzas de Feijóo con Abascal (Santi, a secas, para Bertín) incomodó a Feijóo que iba a una fiesta en su honor, no a un interrogatorio.   Pudo contar su infancia de aldea gallega  y su dura vida  en un colegio religioso en León. Pero de la  más que  probable  alianza con Vox -si fuera menester-  no quiso dar detalles. Conviene guardar el misterio, aunque normalizó  dicha  posibilidad con paternalismo de antiguos compañeros de partido con Abascal.  Las explicaciones se darán a posteriori. Como en Castilla y León.