"Un ejemplo fue el día de su muerte y entierro, al que acudió prácticamente todo el mundo", explicaba a VIVA JAÉN el deán de la Catedral. En esta línea recordó que ese fenómeno de globalización hizo que Juan Pablo II "recuperara el carácter universal de la Iglesia, convirtiéndose en un Pontífice itinerante".
La recuperación del sentido de la Iglesia como pueblo y asamblea numerosa, a través de la celebración, entre otras, de las Jornadas Mundiales de la Juventud, el afán del Pontífice de transmitir las religiones como constructores de la paz y no como una condición diferenciadora, fueron otros de los asuntos destacados durante su intervención.
"Fue un hombre que medió siempre por la paz y se sirvió de las religiones para lanzar ese mensaje”, dijo el deán, que pasó a considerar a Juan Pablo II el personaje más importante del siglo XX.