Once días después del fallecimiento de María Jiménez,
su hermana Isabel ha visitado el plató de 'Y ahora Sonsoles' para repasar la vida de la icónica cantante y contar cómo fueron sus últimos momentos, revelando que la artista 'no se fue' hasta que su hijo Alejandro -que reside en Toledo- no llegó a Sevilla y pudo 'despedirse de él'.
Luchando contra un cáncer de pulmón que la iba consumiendo poco a poco y que mantuvo en secreto, a María no le gustaban nada los hospitales, pero su dificultad cada vez mayor para respirar
hizo que dos días antes de su muerte -es decir, el 5 de septiembre, porque falleció en la madrugada del 7- abandonase su residencia de Chiclana y acudiese a una revisión en la capital andaluza.
Aunque ella confiaba en volver a casa e insistió en que le diesen el alta, su grave estado de salud provocó su ingreso: "
Ella nunca dijo cómo quería morir ni nada, no quería morirse, pero las fuerzas le fallaron al final" ha asegurado su hermana, que no se separó de ella durante sus últimas horas de vida.
"Ingresó y me fui por la noche a mi casa, regresé a las 7:00 horas de la mañana y ya estuve todo el día con ella hasta que se fue.
Tuve mucho tiempo para despedirme. Veía como se iba... Ella me miraba... Pero creo que ya no veía. Creo que ella no se daba cuenta. Estaba despierta pero inconsciente", ha recordado emocionada.
Consciente de que María "se iba apagando",
Isabel avisó a su hijo Alejandro -que reside en Toledo- para que viajase rápidamente a Sevilla. Y fue cuando el joven llegó cuando la artista descansó: "Fue empeorando, empeorando... Y ahí se quedó. A las 00:47 fue. Parece que estaba esperando a que llegara su hijo. Su hijo llegó, la vio y 10 minutos después ya se fue. Esperó a Alejandro para morirse", ha asegurado al borde de las lágrimas.
"María era brava, era fuerte y nunca lloraba.
Fue consciente de todo pero nunca se quejó", ha explicado muy afectada, relatando que el golpe más duro que sufrió la artista en su vida fue la muerte de su hija Rocío en un accidente de tráfico a los 17 años.
"Cuando me fueron a avisar de lo que había pasado
pensé que Pepe Sancho había matado a mi hermana" ha reconocido, asegurando que fue una pérdida que María nunca llegó a superar: "La hundió, jamás se repuso de eso. Le costó más de dos años levantar un poco la cabeza. Se vino a Sevilla conmigo y con el niño. Se refugiaba en Alejandro, que era chico, y en sus amigos porque era rica en amigos" ha recordado, revelando que su hermana "era incapaz de hablar de la niña y me pedía a mí que le pusiera flores porque ella no podía. Mirábamos una foto pero nunca hablamos de ella".
Una vida la de la cantante repleta de sombras,
especialmente por su historia de amor odio con Pepe Sancho, al que Isabel no perdona el daño que hizo a María: "Maldita la hora que se cruzó con Pepe. Me da pena que aguantara lo que aguantó. El mismo día de la boda le dio la primera guantada. A mí nunca me gustó" ha asegurado, revelando que si la cantante no se separó fue porque "quería darle una familia a su hijo".
"Aquello era un sinvivir" ha asegurado todavía muy afectada,
desvelando que el actor llegó incluso a amenazarla a ella con ir a su casa "a pegarme dos tiros". "Era violento y le gustaba machacarte psicológicamente. María aguantaba porque estaba muy enamorada y él le lloraba lo más grande para que lo perdonara, pero delante mía nunca le puso la mano encima. A María la vida la hizo dura y no lloraba" ha relatado.
Tras el programa, Isabel ha atendido a Europa Press y, sonriendo a pesar de los delicados momentos que está viviendo por el reciente fallecimiento de su hermana, ha revelado cómo se encuentra:
"Somos alegres y vamos llevándolo bien porque ella no quería tristezas porque bastantes tuvo en su vida".
"Alejandro también está pasándolo mal porque es normal,
pero estamos tirando para adelante del carro su hijo y yo, aunque todo el mundo la quería, muchísima gente" ha añadido, todavía impactada por su multitudinario funeral y por las miles de muestras de cariño que han recibido tras la muerte de María. "Ha sido una sorpresa, no pensábamos que iba a ser como ha sido, es increíble la buena despedida que se le ha dado, es lo que ella quería" confiesa.
"Ha sido todo muy rápido, pero ella también estaba cansada de tantos males y cada vez se veía más vencida.
Esté donde esté está con su hija, que es lo importante por lo menos para mí" ha admitido, reconociendo que para ella María "no fue feliz". "A su manera lo sería, hasta los 30 años fue feliz, a su manera fue muy feliz. Pero para mí no" ha expresado.
Por eso, aunque sabe que el público la recordará
"cantando con las plumas del pavo y con todas sus canciones y sus cosas, que tiene montones" ella lo hará "con mis penas, con mis alegrías, con mis peleas con ella... con todo, porque yo no la voy a olvidar. Está lo bueno y lo malo, me lo quedo todo" confiesa emocionada.