"Yo sí". Él sí es de fiar, ha repetido un par de veces Alberto Núñez Feijóo para defender una investidura frustrada de antemano salvo sorpresa mayúscula, que ha reconvertido en una especie de moción de censura a Pedro Sánchez, dando un giro que los suyos han aplaudido con ganas.
Un discurso que hasta algunos diputados de la bancada de la izquierda han considerado bien armado, aunque no lo vieran nada creíble, pero que en el PP ha entusiasmado sin poner medio pero.
"Me ha encantado", ha resumido Isabel Díaz Ayuso, una de las dirigentes populares que ha seguido con atención las palabras de Feijóo desde la tribuna, donde se ha estrenado como candidato como orador después de un año como senador autonómico.
Feijóo, cuyo discurso inicial ha leído íntegramente, ha entrado directo a atacar a Sánchez por la eventual ley de amnistía que preparan el PSOE y Sumar para amarrarse los votos de ERC y sobre todo de Junts, y ha prometido como primera medida de choque un nuevo delito de deslealtad institucional tras derogarse el de sedición.
El presidente del PP, que ha empezado con toda la artillería espoleado por la convocatoria del domingo en la plaza de Felipe II de Madrid, ha saludado antes de arrancar a su mujer, Eva Cárdenas, que se ha sentado en la tribuna de invitados junto a los barones y presidentes autonómicos populares.
También había dirigentes del PSOE en la tribuna, como el expresidente extremeño Guillermo Fernández Vara o el que fuera presidente del Senado Javier Rojo. Estaba el ahora presidente de la Cámara Alta, Pedro Rollán, y no ha faltado a la cita el padre Ángel, que se ha hecho asiduo de los 'saraos' parlamentarios.
Y si Feijóo ha empezado su discurso con la amnistía, también con la amnistía ha puesto el broche final a una primera intervención de casi dos horas, comentarios que no han caído muy bien en los escaños socialistas y especialmente en los del Gobierno, como así reflejaban sus caras.
La mayor parte del tiempo han optado por mostrarse hieráticos, pero a veces se les ha escapado gestos de desagrado, por ejemplo cuando Feijóo ha ironizado al preguntarse "para qué" se van a movilizar los independentistas en Cataluña "si hasta -vicepresidenta mediante- van a buscarles a su casa, por lejos que esté, a rendirle honores".
Entre medias, el por ahora líder de la oposición, ha dedicado una parte a desarrollar su programa de gobierno y ha ofrecido seis pactos de Estado para armar su investidura, a la que le faltan cuatro votos que se hacen imposibles de conseguir.
Ha sido el primer pleno de investidura en el que se pueden utilizar las lenguas cooficiales, pero Feijóo no ha hecho ni la más mínima concesión a esta prerrogativa aprobada la semana pasada y que el PP rechazó. Feijóo ha justificado su negativa al afirmar que no cree ser más gallego, vasco o catalán por ponerse un pinganillo "o ver las cámaras de karaoke".
La primera parte de la sesión ha transcurrido con absoluta normalidad y sin salidas de tono, pero la tarde ya se ha calentado muchísimo más a partir del turno del PSOE, cuya posición ha defendido contra todo pronóstico el diputado raso Óscar Puente con un discurso duro.
Ni Sánchez ni el portavoz socialista, Patxi López, se han metido 'en el barro' de la investidura de Feijóo para no darle más cancha, lo que ha provocado gritos de "cobarde, cobarde" entre el grupo popular.
La presidenta del Congreso, Francina Armengol, ha tenido que intervenir para reconvenir a sus señorías: "en la Cámara se viene a debatir y no aceptaré ningún insulto". "No se puede patalear", ha llegado a recordar ante la bronca que se había organizado.
Al igual que ha hecho Sánchez, tampoco intervendrá Yolanda Díaz por parte de Sumar, volviendo a hacer "tándem" con el presidente del Gobierno en funciones, esta vez en la estrategia de "ningunear" a Feijóo.