Las naves incendiadas a las seis de la mañana de este domingo en la zona de ocio de Atalayas, en Murcia, están siendo apuntaladas por los bomberos para garantizar la seguridad de los servicios de emergencia, mientras se ha iniciado la toma de muestras de ADN a las familias de los desaparecidos para confirmar la identidad de las víctimas.
El portavoz de la Policía Nacional de Murcia, Diego Segal, ha informado en una breve comparecencia ante los medios de comunicación desde el Palacio de Deportes, donde el ayuntamiento ha instalado el operativo de asistencia a los familiares, que la estructura de los locales siniestrados ha sufrido graves daños y ha colapsado, lo que ha hecho necesario realizar tareas de refuerzo para evitar nuevos desprendimientos y asegurar el trabajo de los equipos de seguridad.
Según ha explicado, se necesitarán varios días para acometer esas tareas, hacer que bajen las altas temperaturas interiores de los locales siniestrados y permitir, así, la entrada de la unidad científica y de los policías judiciales del grupo de homicidios de la Jefatura Superior de cara a determinar, junto a los investigadores del cuerpo de bomberos, las causas del incendio, que ha dejado hasta el momento 13 fallecidos y cuatro heridos.
Segal ha informado de que el balance de víctimas continúa abierto puesto que hay 15 personas consideradas como desaparecidas, por lo que el trabajo se centra en identificar lo antes posible a los fallecidos y a los heridos que han sido atendidos en los hospitales.
En cuanto a las víctimas mortales ha señalado que hay algunas que aún permanecen en los locales incendiados sin que hayan podido ser rescatadas, y que ya se ha iniciado el proceso de recogida de muestras genéticas a los familiares directos de las víctimas para su identificación.
Por otro lado, ha precisado que las tareas de estabilización de los edificios y de desescombro se prolongarán al menos durante una semana, con la previsión de que la investigación sobre el origen del fuego se prolongue varios meses.