El Mundial de Clubes presenta en Abu Dabi su séptima edición, con el Inter de Milán y el Internacional de Brasil como candidatos a heredar la corona del Barcelona.
El Mundial de Clubes, el torneo que recogió el testigo de la Copa Intercontinental para ampliar el repertorio de aspirantes al resto de confederaciones de la FIFA, presenta en Abu Dabi su séptima edición, con el Inter de Milán y el Internacional de Brasil como candidatos a heredar la corona del Barcelona.
A pesar de las variantes introducidas en el vigente formato del torneo, que pretende dotar al campeón de la consideración de campeón del mundo, son los representantes europeos o americanos los que terminan por conquistarlo. Tal y como sucedía con la Intercontinental.
Es para el Inter una buena ocasión de ampliar su palmarés. Pero, sobre todo, supone una oportunidad para esconder los fantasmas que planean a su alrededor en un curso inestable. Gris en la Liga (perdió el viernes por 3-1 ante el Lazio y está a 10 puntos del líder, el Milán) y, previamente, batido por el Atlético de Madrid en la Supercopa Europea.
Es un claro aspirante el cuadro interista. Igual que el Internacional de Porto Alegre. Un clásico brasileño que disfrutó de su esplendor en el año 2006, cuando fue campeón de la Copa Libertadores de América y del Mundial de Clubes, su mayor logro, tras batir al Barcelona.
Esta será la séptima edición del Mundial de Clubes. Echó a andar en el año 2000 en Brasil. El Corinthians salió campeón en la final.