El número de ejecuciones hipotecarias sobre viviendas habituales se situó en 9.248 en 2023, cifra un 21% inferior a la de 2022 y la más baja desde 2020, según la estadística de ejecuciones hipotecarias publicada este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Con este descenso, mucho más pronunciado que el que se registró en 2022 (-3,7%), las ejecuciones hipotecarias sobre viviendas habituales encadenan dos años de retrocesos después de que en 2021 y 2020 se dispararan un 60,3% y un 41,6%, respectivamente.
Durante el cuarto trimestre de 2023 se registraron 2.287 ejecuciones hipotecarias sobre viviendas habituales, un 32,9% más que en el trimestre anterior, pero un 24,8% menos que en el cuarto trimestre de 2022.
El objetivo principal de esta estadística del INE es ofrecer trimestralmente el número de certificaciones de ejecuciones hipotecarias iniciadas e inscritas en los Registros de la Propiedad durante el trimestre de referencia. Estadística recuerda que no todas las ejecuciones de hipoteca terminan con el lanzamiento (desahucio) de sus propietarios.
En 2023 se iniciaron 19.270 ejecuciones hipotecarias, un 26,7% menos que en 2022. De ellas, 18.397 afectaron a fincas urbanas (donde se incluyen las viviendas) y 873 a fincas rústicas (-33,5%).
Las ejecuciones hipotecarias sobre fincas urbanas bajaron un 26,4% en relación a 2022. Dentro de las fincas urbanas, 13.053 ejecuciones correspondieron a viviendas, un 23,8% menos que en 2022, y de ellas 11.285 eran ejecuciones sobre viviendas de personas físicas, cifra un 21,3% inferior a la de 2022.
Por su parte, las ejecuciones hipotecarias sobre viviendas de personas júridicas disminuyeron un 36,6% el año pasado, hasta las 1.768, mientras que las realizadas sobre solares cayeron un 21,6% y totalizaron 498.