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El Loco de la salina

La lectura en La Isla está por los suelos

Esperemos que este curso no nos den otra vez calabazas como nos las están dando desde 1810

Publicado: 21/04/2024 ·
18:52
· Actualizado: 21/04/2024 · 22:15
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Autor

Paco Melero

Licenciado en Filología Hispánica y con un punto de locura por la Lengua Latina y su evolución hasta nuestros días.

El Loco de la salina

Tengo una pregunta que a veces me tortura: estoy loco yo o los locos son los demás. Albert Einstein

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Mañana es el Día del Libro. Como en el año 1616 murieron tres geniales escritores, Miguel de Cervantes, Williams Shakespeare y Garcilaso de la Vega, entre otros, la UNESCO decidió en 1995 que el 23 de abril fuera el Día Internacional del Libro, a sabiendas de que el único que murió ese día fue Garcilaso de la Vega. Aquí hay un loco que dice que le encantaría morir también el 23 de abril, pero nunca dice el año.

Ahora todo el mundo se concentra en la lectura del Quijote, un loco de atar, primo hermano del que esto escribe. Sin embargo, aquí en La Isla muy poquita gente se molesta en leer otras cosas, a pesar de que el Ayuntamiento nos lo puso fácil a partir del año 2010 con motivo del Bicentenario, cuando colocó unas cuantas placas de bronce en el suelo de nuestra ilustre ciudad. Este loco no puede perder la ocasión de comentarlas.

En la misma puerta del Real Teatro de las Cortes hay tres. En la primera, Felipe de Borbón, entonces Príncipe de Asturias patria querida, dice: Esta antigua Casa de Comedias se transformó en primer hemiciclo de las Cortes modernas de España. Tanto se transformó que siempre está cerrada y es misión complicada entrar a verla. En otra, el que fuera Rey, Juan Carlos I, señala: Esta Casa es sede de la palabra, de la razón y de la libertad. La verdad es que, visto el comportamiento ejemplar del autor de la frase, nos hemos quedado sin palabras, sin que la razón se haya impuesto a la pasión y convencidos de que la libertad es privilegio de unos cuantos que hacen lo que les da la real gana. En la tercera, José Bono, entonces Presidente del Congreso de los Diputados, asegura que la entrada al Teatro es el Kilómetro 0 de la Democracia. Y yo creía que el Kilómetro 0 estaba en la Puerta del Sol. Son ganas de liarnos. A los pies de Reverte hay otra frase también de Juan Carlos I: El bienestar de nuestros ciudadanos dependerá cada vez más de su nivel de formación. Claro, pero el malestar que tienen, de qué nivel dependerá. Más adelante, y más o menos donde estaba el Quiosco Emilio, afirma Alfonso Guerra, entonces Presidente de la Comisión Constitucional del Congreso: En La Isla comenzó la política moderna. El problema es que la política contemporánea no ha comenzado todavía. A la altura de la calle San Diego, dice José Antonio Griñán, entonces Presidente de la Junta de Andalucía: Sin educación no hay ciudadanos. Evidentemente. Y sin ciudadanos que rindan cuentas como todos los demás, tampoco hay educación ni nada que se le parezca. Ya frente al Ayuntamiento, en plena Plaza del Rey, dice Javier Rojo, entonces Presidente del Senado: El diálogo se convierte en algo mucho más que un instrumento para reflexionar. Nos deja en ascuas, porque en qué algo más se convierte el diálogo. Junto a la cafetería Sabores permanece otra placa de bronce firmada por Arturo Pérez Reverte, que dice: La guerra se libró, de verdad, en San Fernando. ¿Pero es que alguien lo duda? En Cádiz lo único que se sigue librando todavía es la guerra por no bajar a Segunda División. Frente a los Hermanitos hay otra placa firmada por Diego Sales, entonces Rector de la Universidad de Cádiz, que señala: Aquí comienza un nuevo curso académico…como en 1810 comenzó el parlamentarismo español. Esperemos que este curso no nos den otra vez calabazas como nos las están dando desde 1810. Hay alguna más, pero me está doliendo la cabeza y el alma. Casi es preferible no saber leer.

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