El líder sindical reconoció que el comité no ha podido convocar una huelga por la jugada del pasado viernes. “La alcaldesa dijo el viernes que la nómina estaba ingresada, pero la plantilla aún no ha cobrado”, señaló en la jornada de ayer lunes.
el problema es mayor
A diferencia de otros conflictos laborales, el de la Fundación Andrés de Ribera tiene unas raíces más profundas, ya que está en proceso de disolución, algo que parece va a alargarse más de lo que estaba previsto, toda vez que fuentes de la Diputación Provincial reconocieron a este medio hace un mes desconocer cuándo podrá culminarse.
Según se dijo entonces, los técnicos de Ayuntamiento y Diputación siguen trabajando para tratar de cerrar el proceso, a pesar de que a principios del pasado diciembre se estimó que la liquidación podía ser una realidad en un plazo aproximado de un mes.
Desde la institución provincial se insistía en cualquier caso en que los trabajadores tienen su futuro plenamente garantizado, manteniendo que serán distribuidos entre las dos administraciones que integran el patronato de la entidad cultural.
Sin embargo, desde CCOO, y visto todo lo que acontece cada mes en torno a la institución, se ha advertido de la necesidad de clarificar cuál será el futuro concreto de los doce trabajadores que integran la plantilla de la FAR.
El proceso de disolución de la entidad cultural debe superar un escollo que se antoja fundamental, y que no es otro que la compensación de deudas entre Ayuntamiento y Diputación. Mientras la Administración local ha reprochado que en estos últimos años la institución provincial apenas ha aportado cantidad alguna para el mantenimiento de la entidad, desde Diputación se sostiene que es el Ayuntamiento quien está en deuda con la fundación.
Desde Diputación se mantiene que en el periodo comprendido entre 2003 y 2008 las transferencias libradas a la FAR sumaron la cifra de 2.009.737 euros, por encima de los 1,8 millones de euros que le reclama la gerencia, por lo que se le deberían alrededor de 200.000 euros.