A la especialista Andrea Sorinas, diplomada en nutrición humana y dietética, especializada en obesidad, nutrición clínica y patologías digestivas, no le extraña que un elevado porcentaje de personas se proponga comer sano en reiteradas ocasiones y terminen por “tirar la toalla”, es decir abandonar la lucha.
Entre el bombardeo de información que cada día se ve en las redes sociales, las etiquetas ambiguas y los eufemismos a los que recurre la industria alimentaria para ganarse la voluntad de los consumidores, y la falta de motivación para cambiar que a menudo exhiben los seres humanos, es comprensible que tantas personas terminen por abandonar, admite esta especialista.
El abandono puede ser comprensible pero también es evitable, ya que podemos aprender a “hacer las cosas mejor” en materia de alimentación, “de una vez por todas y de la forma más sencilla que podamos imaginar”, según Sorinas.
En su obra ‘El libro que la industria alimentaria no quiere que leas’ explica cómo comprar de forma saludable en el supermercado; aprovechar los productos de ‘abrir y listo’; combinar platos saciantes, apetitosos y nutritivos; no perder el tiempo en la cocina; llevar una alimentación sin restricciones ni prohibiciones; y reconocer y regular el ‘hambre emocional’.
A través de su proyecto Coco Nut (www.concoconut.com), su consulta individualizada y sus programas y cursos, fundamentados en la educación nutricional y el cambio de hábitos, Sorinas acompaña a las personas para que transformen su relación con la comida, logren sus objetivos y los mantengan para siempre, según asegura.
Disfrutar del ‘viaje’ hacia una mejor alimentación
Esta especialista ofrece algunas claves generales y consejos prácticos para hacer realidad el objetivo de comer mejor, “de forma cómoda, sin invertir mucho tiempo, e incluso disfrutando con ello, centrándose en dos principales herramientas fundamentales: comprar sano y mantener alta la motivación".
“Si compras bien, comes bien. Y si te visualizas viviendo en el futuro que deseas, eso te llenará de motivación para no olvidar tus propósitos por el camino y alcanzar tus objetivos”, enfatiza.
Consultada por EFE sobre cuál es el problema más difícil que enfrentamos a la hora de comer sano y qué medidas prácticas podemos tomar para solucionarlo, Sorinas responde que “la falta de tiempo y nuestro ritmo de vida actual hacen que compremos más productos ultraprocesados, que frescos”.
Explica que el marketing y la publicidad que hace la industria alimentaria, puede ‘maquillar’ los ultraprocesados para que parezcan saludables, con reclamos como ‘digestive’, ‘rico en fibra’, ‘light’ o ‘alto en proteínas’, pero algunos de estos productos pueden contener cantidades excesivas de ingredientes de mala calidad, que pueden fomentar problemas de salud.
“Esto no significa que tengamos que comprar solamente materia prima y pasar muchas horas en la cocina preparándola, ya que se puede comer sano con productos de `abrir y listo´. Solo tenemos que aprender a identificar cuál es esa ‘comida rápida’ saludable que nos hará la vida más fácil”, explica.
Sorinas propone a los consumidores que aprendan a tener una mayor conciencia sobre la calidad de los ingredientes, para saber identificarlos en una etiqueta y poder evitar aquellos productos que los contienen, y de ese modo ser capaces de reducir la ingesta de sustancias perjudiciales y mejorar su bienestar general.
Algunos ingredientes que podemos detectar en las etiquetas y que nos conviene evitar, sobre todo cuando están presentes en grandes cantidades, son el azúcar, las harinas refinadas, los aceites de baja calidad y la sal, según Sorinas.
“Los alimentos ultraprocesados también se caracterizan por contener aditivos como potenciadores del sabor, edulcorantes o colorantes” puntualiza.
Menos ultraprocesados y más motivación positiva
Uno de los ‘trucos fáciles’ que menciona Sorinas en su libro es: “Si tiene una etiqueta muy larga, con palabras que no entiendes, probablemente sea un ultraprocesado. Las etiquetas largas nos dan a entender que el producto ha sufrido mucha modificación. Busca en el estante a ver si encuentras otra opción mejor”.
“No se trata de eliminar por completo los productos ultraprocesados, sino de reducirlos, porque una de las funciones de la comida también es dar placer, no solo nutrirnos”, recalca.
Respecto de la motivación, Sorinas señala que “lo que necesitamos para comer sano no es fuerza de voluntad, sino tener unos motivos poderosos que nos empujen a hacerlo, por lo que el primer paso para motivarse y alcanzar el éxito consiste en definir y marcarse bien ese objetivo, que debe ser específico y medible”.
“Debes visualizar tu cambio de alimentación como un viaje a un destino en el que vas a ser muy feliz”, señala.
Y para que tu objetivo cumpla la función de motivarte, antes de formularlo debes tener claras las respuestas a tres preguntas: ¿qué quiero conseguir?, ¿para qué quiero conseguirlo?, y ¿cómo voy a conseguirlo?.
“La segunda pregunta es importante, porque detrás de cada deseo hay razones emocionales. Nos movemos por emociones. Por ejemplo, no queremos conseguir el objetivo de comer sano en sí mismo. En realidad lo que queremos es recuperar la forma en que nos hacía sentir el hecho de tener un cuerpo lleno de energía, que respondiera a los retos y los superara”, concluye.