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Lunes 13/05/2024  

¿Un baremo?

Artículo de Andrés García Requejo para el especial de Cuaresma de 'Información Bahía'

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Todavía recuerdo aquella entrevista, por una conocida entidad de radio de nuestra ciudad, cuando, en vísperas de dar el pregón de la Virgen de las Penas, me preguntaron, de forma inoportuna, si ya tenía en mente lo del pregón de Semana Santa, queriendo, absurdamente, valorarlo más que lo que yo tenía entre manos, y a la que respondí, irónicamente pero con verdad, que el Pregón de la Virgen de las Penas era mucho más importante, para mí.
Todavía recuerdo aquel comentario de cierto conocido que, ignorantemente, me dijo que yo, después de haber dado el pregón de la Virgen de las Penas, ya tenía un caché y que no entendía que dijese que si a otras cosas, para él, de “inferior categoría”. Pobre ignorante, que poco me conocía y que confundido esta con todo.

¿Existe, de verdad, un baremo sobre que imagen o que pregón es más importante?, ¿Acaso podemos catalogar, etiquetar o cuantificar la devoción que una sola persona pueda tener hacia una determinada advocación?, ¿tenemos derecho a infravalorar o a sobreestimar a una determinada cofradía, imagen, creencia, emitiendo juicios de valor o calificativos?

¡Qué pobre aquel que piense de esta manera!, ¡Que pobre aquel que se crea algo por haber dado algún pregón “de los punteros”, o ser “algo” en alguna cofradía “de las buenas”!, ¡Que lejos esta todo esto de la humildad que Cristo nos predica!

¿Acaso las coronaciones hacen justicia a lo que promulgan?, porque si así fuese ya la tendrían mi virgen de las Penas y mi virgen del Rosario. ¿Cómo debemos entender que ciertas imágenes hayan protagonizado el via-crucis oficial más de una vez y algunas todavía no han sido elegidas?, ¿Cómo se lo explicamos a sus devotos?, ¿Cuál es el baremo?, ¿Puede haber baremo para el sentimiento?, ¿Se puede medir la intensidad de la fe, como el resultado de la suma de penitentes?

En lo que a mí respecta, y bien lo sabe Dios, me he entregado, con la misma dedicación, a cualquier cosa que me hayan pedido desde el sentimiento y a la que haya podido comprometerme, porque creo que no soy nadie para baremar algo que una sola persona sienta como centro de su fe.

Y si de baremar se trata, tengamos siempre presente que la luz de Cristo, la vela, es lo más importante de la procesión.



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