Hizbulá dice que comandante estaba en el edificio bombardeado, pero no confirma la muerte

El grupo chií libanés Hizbulá confirmó este miércoles que su comandante Fuad Shukr se encontraba en el edificio bombardeado anoche por Israel a las afueras de Beirut, pero todavía no puede informar sobre su paradero mientras siguen en marcha las labores de búsqueda en la zona.

"En aquel momento, el gran hermano yihadista Fuad Shukr ('Hajj Mohsen') se encontraba en este edificio", reconoció la formación armada en su primer comunicado al respecto desde el ataque contra el extrarradio capitalino del Dahye, uno de sus principales bastiones en el Líbano.

"Los equipos de Protección Civil han estado trabajando de forma diligente pero lenta desde que ocurrió el incidente para retirar los escombros (...) Todavía estamos esperando el resultado de esta operación con respecto al destino del gran y querido líder, y de otros ciudadanos", agregó la formación.

El Ejército israelí aseguró anoche en un comunicado que su bombardeo mató a Shukr, a quien describió como el "comandante militar de más alto rango de Hizbulá" y como la "mano derecha" del líder del movimiento, Hasán Nasrala.

El Estado judío le responsabiliza del ataque que el sábado mató a doce menores en un campo de fútbol en los Altos del Golán, bajo ocupación israelí, y ya venía avisando desde hace días de que respondería con dureza a ese lanzamiento de un proyectil, del que Hizbulá se desvincula.

Según el último recuento oficial, el bombardeo del martes en el Dahye causó al menos tres muertos, dos de ellos niños, y heridas a otras 74 personas, la mayoría de ellas ya dadas de alta de los diferentes hospitales en que fueron ingresadas.

Este es el primer ataque dirigido contra Hizbulá en los suburbios capitalinos desde el inicio de las hostilidades entre las partes hace casi diez meses, aunque el pasado enero la zona ya había sido objetivo de otro bombardeo que mató al número dos del movimiento islamista palestino Hamás, Saleh al Arouri.

De confirmarse su fallecimiento, Shukr sería el tercer alto comandante de Hizbulá muerto a manos de Israel en poco más de seis semanas y su baja de más rango desde que estallara el fuego cruzado en las áreas fronterizas el pasado octubre.