El incendio ocurrido en el pasado 7 de noviembre en la calle Palo Cortado fue determinante para que decidieran poner el caso en los juzgados. En este punto de la barriada de La Coronación los bomberos tuvieron serios problemas para acceder a la vivienda donde se había registrado el fuego debido a los numerosos postes de hormigón que imposibilitaban el acceso al edificio tanto a los efectivos del parque de Jerez como a los servicios sanitarios. “En ese momento, si hubieran tenido que evacuar algún vecino a algún vecino con la escalera mecánica no hubieran podido”. Pese a que todo indicaba que no serían escuchados como demandaban “pensábamos que con esta actuación el Ayuntamiento movería ficha y no ha sido así”, y afirma que “estamos satisfechos porque hicimos lo que debíamos”.
habrá que entenderse
Bellos Horizontes espera ahora “llegar al consenso y al diálogo” y mantener un primer encuentro con la nueva delegada del ramo, Mª Carmen Martínez, aunque recuerda el informe elaborado por la Delegación municipal de Distrito Norte a petición de un miembro de La Coronación, “donde se recogen las numerosas barreras arquitectónicas”, explicó Galán cuando dieron a conocer que tomarían medidas legales para buscar una solución.
la normativa legal
Del mismo modo, el requerimiento se acogía al artículo 25.2c de la Ley 7/1985 del 2 de abril, normativa por la que “en municipios que superan los 50.000 habitantes deberán prestar, en todo momento, prevención y extinción y servicio de Protección Civil siempre que se registre un incendio”.
Aunque incidentes como el sucedido en Palo Cortado no han vuelto a repetirse afortunadamente, “no quisiéramos que una desgracia nos diera la razón cualquier día”. A Martínez le trasladarán los mismos problemas que ya hicieron saber a García Bermúdez, “que aún conociendo los riesgos existentes en la citada barriada no ha hecho absolutamente nada para paliar el peligro existente en caso de una emergencia”. La asociación vecinal no entiende por qué no se ha actuado antes para derribar estos postes de hormigón “de coste mínimo”, que comenzaron a colocarse hace décadas para impedir que los vehículos entrasen al recinto y estacionasen en lugares indebidos.
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