La historia de Juan José Fernández, portero sevillano de 35 años del Equipo Nacional de Fútbol de Trasplantados de España, es un ejemplo de superación personal. Juan José fue diagnosticado con linfoma de Hodgkin en 2013 y, tras varios ciclos de quimioterapia y radioterapia, en 2015 fue sometido a un trasplante de médula ósea. “Finalmente, en 2015 me hicieron el trasplante de médula y la donante fue una de mis dos hermanas. Estuve tres años básicamente entre el sofá-cama y muchos días en el hospital”, cuenta a ANDALUCÍA INFORMACIÓN.
Su recuperación no fue sencilla, pero poco a poco, y gracias al apoyo de su familia y de la Asociación Deporte y Trasplante España, Juan fue recuperando su forma física. "Poco a poco fui cogiendo forma física y recuperándome. La asociación tiene mucho que ver en lo psicológico, porque al hablar con otros compañeros que han tenido el mismo trasplante te das cuenta de las historias que hay tras ellos. Y me han ayudado muchísimo", explica. En especial, destaca el apoyo de su mujer: “Mi familia me ha apoyado, y sobre todo mi mujer, Sandra, que ha sido mi pilar básico en los tiempos malos”.
En el reciente Mundial de Trasplantados, celebrado el pasado fin de semana en Cervia, Italia, el equipo español, bajo la dirección de su team manager Alberto Carmona y el entrenador Vicente Elías, consiguió llegar hasta la final, logrando el subcampeonato tras enfrentarse a Chile. En el camino a la final, destacaron por una emocionante victoria contra Inglaterra, obtenida en los últimos minutos del partido. “No nos lo creemos. Tenemos un grupo muy unido, con muy buen rollo, como una segunda familia. Y eso ha tenido mucho que ver en lograr el segundo puesto”, cuenta Juan, visiblemente emocionado.
El equipo, compuesto por Juan Fernández, Rafael León, Alberto Carmona, Javier Córdoba, Emilio Domínguez, Javi Gracia, David Carrasco, Luciano Díaz, Oscar Díaz, Iván Bohórquez, Antonio Domínguez, Antonio Jesús Martínez, Antonio José Frasquier, Javier Heredero, José Ignacio Sevilla y Raúl González, no solo competía por la victoria, sino también para mostrar al mundo el valor del deporte en la recuperación de las personas trasplantadas.
A nivel personal, Juan José Fernández recibió el galardón de mejor portero del torneo, un reconocimiento que le pilló por sorpresa: "Una sensación de alegría enorme, que aún no me lo creo. No me lo esperaba”. Con humildad, destaca la importancia del trabajo en equipo y el apoyo constante entre todos los compañeros. “Cada partido que ganábamos, nos sentíamos mejores y que podíamos llegar lejos, pero nunca hasta la final. ¡Y llegamos!”
En cuanto a la experiencia de compartir esta aventura con otros trasplantados, Juan comenta que el ambiente fue inmejorable: “Este grupo es fantástico, todos nos ayudamos en lo que podemos. Los que somos de la misma zona nos apuntamos a alguna prueba juntos, correr, bici, etc. Ese vínculo que llevamos dentro nos une aún más”. Además, relata cómo algunas historias del mundial le impactaron especialmente, como la de varios jugadores de Estados Unidos que habían recibido múltiples trasplantes de órganos, o la participación de mujeres en el torneo. "El ambiente es lo mejor. A todos nos une una causa maravillosa, que es tener una segunda oportunidad en la vida. Y eso es lo que celebramos en todos los eventos a los que asistimos", concluye Juan.