El Barça pone la mira en Wembley con la final de Roma 2009 en el retrovisor
La final de la Champions de este año tendrá como protagonistas a los dos mismos equipos que hace dos temporadas.
Wembley no es Roma, pero se le parece. A medida que se acerca la final de la Liga de Campeones que el sábado les enfrentará de nuevo al Manchester United, los jugadores del Barcelona admiten que se trata de un partido totalmente distinto al disputado en Roma en 2009, en el que alzaron el título ante unos ingleses que ahora llegan "más fuertes y mejor preparados".
Solo han pasado dos años, pero parece que haya transcurrido todo un mundo desde aquel encuentro. Lejos de aquel equipo comandado por Cristiano Ronaldo, el United es hoy un bloque cargado de estrellas reconvertidas a gregarios solidarios. No han cambiado demasiado los nombres, pero sí su actitud.
"Simplemente han cambiado pequeños detalles. Llevan mucho tiempo unidos, no sólo en aquella final, sino desde mucho antes. Llevan años llegando a estos partidos y tienen experiencia. Saben de memoria lo que tienen que hacer", dice David Villa.
No era el asturiano el delantero que encabezaba aquel Barça que alzó la 'Orejuda' en el estadio olímpico romano, sino un Samuel Eto'o que abandonó el equipo tras aquel triunfo. Ahora, la botas del 'Guaje' intentarán imitar el gol del camerunés que abrió el marcador de la final, en la que los azulgrana acabaron ganando 2-0, con un despliegue de fútbol colectivo que aplastó a los ingleses.
"No es comparable", asegura tajantemente el centrocampista Andrés Iniesta. "A lo mejor tiene alguna similitud en cuanto al estilo de cada equipo, la manera de hacer las cosas, pero han pasado dos años y los equipos han mejorado para volver a estar en otra final".
Para el futbolista manchego, el United "es mejor por la simple razón que cada año uno tiene que ser mejor para volver a pelear por los títulos". Eso, apunta, hace difícil poder hablar de un favorito.
Iniesta, tan creativo en el césped como sobrio ante los micrófonos, recuerda que, para repetir el mismo feliz desenlace que en la final de 2009, el equipo "debe estar al 200%, como siempre dice Pep, porque el rival es muy bueno y las cosas se complicarán".
"El míster es muy exigente a veces, pero yo tengo la sensación que fuimos muy superiores al Manchester, a pesar de los diez primeros minutos", agrega su compañero Xavi Hernández: "Intentaremos repetir esa superioridad, pero se nos va a poner muy difícil, porque seguro que pondrán un hombre más en el centro del campo. Ferguson se las sabe todas, es un gato viejo".
Aunque uno a uno traten de repetirse que nada tiene que ver aquel partido con el del sábado, y que "todas las finales son diferentes", como dice el tinerfeño Pedro Rodríguez, en realidad reconocen que para el Manchester United no será una final cualquiera.
El brasileño Dani Alves, como de costumbre, no se anda con rodeos: "Ellos tiene la motivación extra de no haber ganado en Roma. Siempre les quedará esa espinita clavada".
Una astilla que, a su manera, también querrá sacarse el cuadro de Guardiola, "después de la oportunidad maravillosa que tuvimos el año pasado -recalca Alves-. Esa es nuestra motivación, volver a poner el Barcelona en lo más alto del fútbol europeo y mundial".
Para ese objetivo, el Barça ha podido equilibrar fuerzas con su rival, al haber dado descanso a muchos de sus titulares, tras alzar con antelación el título liguero. Con las energías niveladas, opina Sergio Busquets, "puede pasar cualquier cosa".
Pero para el argentino Javier Mascherano, cuya virtud reside en la parcela física, "en una final no importa quien llega mejor, solo importa ese día en concreto. Puedes llegar muy bien a una final y, si ese día no te salen las cosas, se va todo el esfuerzo, no sirve de nada".
Ese día será el sábado. Quizá para muchos jugadores, en Wembley también sobrevuele el recuerdo de Roma, con sus cuentas pendientes y sus batallas ganadas. Pero, como matiza Villa, "Aunque jugaras siempre con el mismo equipo, cada final sería totalmente distinta".
Solo han pasado dos años, pero parece que haya transcurrido todo un mundo desde aquel encuentro. Lejos de aquel equipo comandado por Cristiano Ronaldo, el United es hoy un bloque cargado de estrellas reconvertidas a gregarios solidarios. No han cambiado demasiado los nombres, pero sí su actitud.
"Simplemente han cambiado pequeños detalles. Llevan mucho tiempo unidos, no sólo en aquella final, sino desde mucho antes. Llevan años llegando a estos partidos y tienen experiencia. Saben de memoria lo que tienen que hacer", dice David Villa.
No era el asturiano el delantero que encabezaba aquel Barça que alzó la 'Orejuda' en el estadio olímpico romano, sino un Samuel Eto'o que abandonó el equipo tras aquel triunfo. Ahora, la botas del 'Guaje' intentarán imitar el gol del camerunés que abrió el marcador de la final, en la que los azulgrana acabaron ganando 2-0, con un despliegue de fútbol colectivo que aplastó a los ingleses.
"No es comparable", asegura tajantemente el centrocampista Andrés Iniesta. "A lo mejor tiene alguna similitud en cuanto al estilo de cada equipo, la manera de hacer las cosas, pero han pasado dos años y los equipos han mejorado para volver a estar en otra final".
Para el futbolista manchego, el United "es mejor por la simple razón que cada año uno tiene que ser mejor para volver a pelear por los títulos". Eso, apunta, hace difícil poder hablar de un favorito.
Iniesta, tan creativo en el césped como sobrio ante los micrófonos, recuerda que, para repetir el mismo feliz desenlace que en la final de 2009, el equipo "debe estar al 200%, como siempre dice Pep, porque el rival es muy bueno y las cosas se complicarán".
"El míster es muy exigente a veces, pero yo tengo la sensación que fuimos muy superiores al Manchester, a pesar de los diez primeros minutos", agrega su compañero Xavi Hernández: "Intentaremos repetir esa superioridad, pero se nos va a poner muy difícil, porque seguro que pondrán un hombre más en el centro del campo. Ferguson se las sabe todas, es un gato viejo".
Aunque uno a uno traten de repetirse que nada tiene que ver aquel partido con el del sábado, y que "todas las finales son diferentes", como dice el tinerfeño Pedro Rodríguez, en realidad reconocen que para el Manchester United no será una final cualquiera.
El brasileño Dani Alves, como de costumbre, no se anda con rodeos: "Ellos tiene la motivación extra de no haber ganado en Roma. Siempre les quedará esa espinita clavada".
Una astilla que, a su manera, también querrá sacarse el cuadro de Guardiola, "después de la oportunidad maravillosa que tuvimos el año pasado -recalca Alves-. Esa es nuestra motivación, volver a poner el Barcelona en lo más alto del fútbol europeo y mundial".
Para ese objetivo, el Barça ha podido equilibrar fuerzas con su rival, al haber dado descanso a muchos de sus titulares, tras alzar con antelación el título liguero. Con las energías niveladas, opina Sergio Busquets, "puede pasar cualquier cosa".
Pero para el argentino Javier Mascherano, cuya virtud reside en la parcela física, "en una final no importa quien llega mejor, solo importa ese día en concreto. Puedes llegar muy bien a una final y, si ese día no te salen las cosas, se va todo el esfuerzo, no sirve de nada".
Ese día será el sábado. Quizá para muchos jugadores, en Wembley también sobrevuele el recuerdo de Roma, con sus cuentas pendientes y sus batallas ganadas. Pero, como matiza Villa, "Aunque jugaras siempre con el mismo equipo, cada final sería totalmente distinta".
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