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El fontanero onubense I+D+i

Revolucionario sistema para mejorar la eficiencia energética en loscalentadores de gas

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  • Francisco Madero -
De un tiempo a esta parte las siglas I+D+i (Investigación, Desarrollo e Innovación) toman un lugar prioritario en la sociedad de eficiencia energética y sostenibilidad medioambiental a la que se aspira. Por supuesto que la llave para su aplicación la tienen las administraciones y las grandes compañías, pero que esta filosofía se aplique no sólo depende de las grandes estructuras, lo cual queda demostrado con el caso del fontanero onubense Francisco Madero, quien ha aplicado su sabiduría en el sector, tras más de 40 años de experiencia, para inventar un sistema que optimiza el funcionamiento y el uso de las calderas de gas.

Mejora e innovación en los calentadores de gas
“No es exactamente un invento, lo que he hecho es, por un lado, una mejora, y por otro, una innovación, todo dentro de algo ya inventado como es un calentador de gas”, matiza Francisco Madero, quien antes de explicar a los lectores de Viva Huelva en qué consiste la mejora por él pensada y puesta en práctica, hace una pequeña introducción sobre el mecanismo existente antes de su mejora: “Los termos necesitan un ‘tiro forzado’ para la expulsión de los gases generados por la propia caldera. Este ‘tiro forzado’ fue en su día una innovación, ya que antes se utilizaban las ‘campanas de tiro natural’, pero se demostraron obsoletas ya que creaban más CO2 del que podían expulsar. El ‘tiro forzado’ consiste en acoplarle un motor alimentado eléctricamente que mueva una turbina que facilite la expulsión de los gases”. Pero Madero descubrió durante su investigación que este sistema podía generar dos inconvenientes principales: “Un consumo eléctrico innecesario de una media de 25 W/h. Que si suponemos una hora al día de uso (en algunos casos más) y lo multiplicamos por los 365 días que tiene un año, nos resulta un consumo medio anual de 9.125 W. Para el fontanero onubense I+D+i, “si reflejamos este dato con el número de hogares con este tipo de calentadores se puede ver que se consume una inmensa cantidad de energía, lo que es igual a contaminación”. Esto por un lado, pero los calentadores de gas previos a la ‘Madero Revolution’, además, “al ser un motor eléctrico, estamos expuestos a todos los inconvenientes que esto le puede generar, como caídas de tensión, cortocircuitos, u otro tipo de anomalías”.

La turbina se pone en marcha de forma hidráulica, sin coste eléctrico
Comprobado lo mejorable, como buen investigador, Francisco Madero se puso manos a la obra para plasmar su idea y aplicar la mejora, para lo cual, como explica a continuación llevó a cabo una adaptación de los calentadores de gas con la que transformó el funcionamiento de la turbina: “Partiendo de la base de lo necesaria que es la turbina para la expulsión de los gases, he transformado su forma de funcionamiento, haciéndolo de forma hidráulica, sin coste eléctrico alguno, utilizando para el movimiento de la turbina la propia fuerza de agua que se consume, por lo que nos quitamos de un plumazo los dos inconvenientes que he mencionado antes, logrando así menor consumo energético”.

Pero no sólo de esta revolucionaria mejora consiste la inventiva de este fontanero onubense, ya que, además, como argumenta a continuación, el funcionamiento de la caldera también se ve mejorado con su sistema: “Una vez que el agua pasa y mueve la turbina, la hago pasar por un primario (un laberinto de tubos superpuesto al mecanismo original) independiente del calentador, donde el agua se precalienta ya que este primario está sobre el tradicional y ambos están unidos por las láminas sudoríficas. Así se consigue evitar un corte térmico entre ambos circuitos y la aparición de rocío en los tubos del primario, consiguiendo de esa forma elevar dos veces la temperatura, una con las calorías sobrantes de la combustión de la caldera, y otra con la producida por la propia caldera. El resultado es que se consigue totalmente gratis un incremento de temperatura con el mismo consumo, lo que significa ahorro energético”.

En busca de un fabricante que adapte sus modelos al prototipo de Madero
Actualmente, Francisco Madero, hechas las pruebas pertinentes que evidencian el éxito de su sistema, difunde su proyecto para que, más pronto que tarde, se pueda aplicar de manera práctica, dado que hasta que un fabricante no se interese por esta innovación y adapte sus modelos, lo único que hay es un prototipo: “En este momento me encuentro difundiendo el proyecto con objeto de encontrar algún interesado en su fabricación y consecuente comercialización, busco alguna respuesta de un experto, puesto que creo que mi mejora e innovación son magníficas. Me gustaría tener la oportunidad de mostrar mi invento a personas preparadas para así demostrarles los progresos logrados en la eficiencia del consumo energético, especialmente en los tiempos que corren, en los que se busca reducir la factura energética y disminuir la contaminación”.

Y mientras llega el impulso definitivo, Francisco Madero sigue trabajando en su taller de fontanería situado en el Huerto Paco, investigando en sus ratos libres y contribuyendo con su demostrada inventiva a que el tan recurrente desarrollo sostenible pase a ser un hecho con inventivas como la suya, que, al fin y al cabo, se convierten en un grano de arena en el enorme desierto de mejorar, entre todos, el trato con el planeta. Francisco Madero ya ha aportado lo suyo.

Proyecto presentado en un foro organizado por la Universidad de Sevilla
Francisco Madero, en su búsqueda de que su inventiva se aplique al uso ciudadano cotidiano, ha tenido la oportunidad de presentar su proyecto en el Centro de Investigación Tecnológica e Innovación de la Universidad de Sevilla. Tal y como explica el propio Madero, se trataba de un foro en el que se pusieron sobre la mesa distintas ideas dentro de la filosofía I+D+i, y aunque sin tener aún forma concreta, pero sí que hubo un ingeniero “al que le pareció bastante interesante la idea, y estoy a la espera de una respuesta. Asimismo, Francisco presentó su proyecto en un concurso de inventores convocado por la Universidad de Huelva, y aunque no logró ganarlo dio un paso más en su labor de difusión de su inventiva. Francisco Madero expresa su principal deseo: “Me encantaría que mi idea se llevara a buen término y que con el aprovechamiento de medios más sofisticados se pudiese conseguir el tan ansiado ahorro energético”.

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