La Federación Linense de Asociaciones Vecinales 'Inmaculada' continúa su proceso de renovación. Seis meses después de elegir a una nueva junta directiva, ahora renuevan su espacio físico. “Cumplimos así con el primer objetivo del nuevo equipo, tras un año de gestiones y reformas, de dotarnos de una instalaciones dignas para abrirlas a la ciudadanía. Un espacio para atender sus demandas y organizar sus reivindicaciones. Aspiramos a que se convierta en un punto de referencia para el pensamiento crítico y el debate cívico, que tanto necesita nuestra ciudad”.
El reformado centro social se ubica en el barrio linense de Bellavista, en los locales comerciales de Sacra, justo detrás de la Estación de Autobuses y encima del parking Focona, muy cerca de la frontera con Gibraltar. Será un espacio multiusos con cuatro estancias: sala de reuniones y talleres, biblioteca/ludoteca, salón de eventos y oficina/almacén. “La reforma ha sido un proceso colectivo, en el que han participado muchas manos, todo desde el esfuerzo voluntario”. Si bien la FLAVI destaca “el especial impulso dado por la asociación juvenil Lo Sé Y Me Importa, que se incorpora a nuestra organización y cuya participación ha sido clave”.
Para celebrar la reapertura, la FLAVI convoca una convivencia vecinal. La jornada comenzará a las 17 horas con un cuentacuentos a cargo de la maestra del Colegio Santiago Patricia Blázquez 'Revolu-Patri'. También el grupo de scouts Ítaca realizarán una ludoteca hasta las 19 de la tarde. La presentación del centro social será a las 19 horas y servirá para rendir homenaje a Paco Camacho, primer presidente de la FLAVI y uno de sus cofundadores, así como para explicar el proceso de reforma a los asistentes y los objetivos del renovado espacio. Por último habrá actuación de la chirigota que siempre ha ensayado en el local, la Chitingota. Además se podrá disfrutar de una exposición de cartelería del movimiento vecinal y una muestra artesanal.
La FLAVI pone en valor la red barrial a la que se suma ahora este renovado espacio. “Tenemos centros vecinales en los barrios de San Bernardo, Santiago Conchal Castillo, San Pedro, Periañez y Miramar-Mondéjar, una red que ha aguantado momentos muy difíciles y que aspiramos a reactivar y reforzar. Además unos espacios autosostenidos y autogestionados, pues no recibimos ninguna ayuda pública, tampoco del Ayuntamiento, para pagar los gastos corrientes de mantenimiento, luz, agua e incluso alquiler”. “Se habla con mucha ligereza de la debilidad de las asociaciones vecinales actuales, pero que nos digan qué movimiento social es capaz de mantener abiertas seis sedes físicas sin subvención pública. Esta es una de nuestras fortalezas y con la reapertura del centro social de la FLAVI lo confirmamos”.