El Gobierno local llevará al pleno de este mes de diciembre la nueva Ordenanza Municipal de Prevención de la Contaminación Acústica, que contempla su actualización tanto a la normativa europea, como a la estatal y autonómica, ya que la que está en vigor data de 1999.
El documento aspira a dar respuesta a los asuntos relacionados con la vulneración de los parámetros de ruido que impiden el descanso de la ciudadanía, de ahí que su objetivo principal es “preservar y reducir la contaminación acústica, garantizando la calidad de vida y la salud de los ciudadanos sin añadir cargas administrativas innecesarias”, según destacaba ayer el teniente de alcaldesa de Medio Ambiente, Jaime Espinar.
En este sentido, ha añadido que “su justificación radica en el impacto del ruido en la salud y el medio ambiente, así como en los costes sociales asociados”. La ordenanza consta de cinco títulos, 97 artículos, disposiciones adicionales, transitorias y finales, así como anexos, “ofreciendo un importante argumentario normativo para cubrir las incidencias que recibimos”.
Con este proyecto de ordenanza, el Gobierno local introduce nuevos procedimientos dirigidos a controlar el funcionamiento de actividades susceptibles de producir contaminación acústica, de cara a dar prioridad a la intervención municipal mediante actuaciones dirigidas a prevenir y, en su caso, adoptar medidas correctoras y/o paliativas, dando la oportunidad al desarrollo de las actividades de forma adecuada y hacer posible su funcionamiento, a la vez que se preserva a los ciudadanos de las molestias que éstas puedan ocasionar.
Entre las principales novedades propuestas destacan el derecho al descanso y protección del domicilio frente a la inviolabilidad por contaminación acústica, así como la tipificación de las infracciones en relación a dichos ruidos. También se aborda la vigilancia, control y disciplina de la contaminación acústica, así como establecer las situaciones y criterios a seguir para la suspensión provisional de los objetivos de calidad acústica cuando existan circunstancias especiales que así lo aconsejen.
Otra novedad reside en las condiciones de uso de los equipos limitadores-controladores en aquellos establecimientos que así lo requieran. Y, por supuesto, hay un apartado dedicado a las zonas acústicamente saturadas (ZAS), para las que se incorporan directrices sobre la forma en la que deben realizarse las mediciones de campo así como posibles restricciones específicas en el plan zonal.
Un procedimiento iniciado en 2013
El Ayuntamiento de Jerez aprobó durante el anterior mandato de María José García-Pelayo -en 2013- la elaboración del mapa estratégico de ruido de la ciudad, con el objetivo de ofrecer un diagnóstico de la contaminación acústica del municipio, determinando las causas que la producen para, a partir de ahí, tomar las medidas que garanticen la calidad de vida de los ciudadanos.
El Mapa Estratégico del Ruido data de 2017
El Ayuntamiento de Jerez aprobó definitivamente en 2017 el Mapa Estratégico de Ruido. Entre sus principales conclusiones señalaba que Jerez presentaba unos niveles de ruido bastante aceptables y positivos en comparación con otras ciudades similares, ya que, según las mediciones realizadas, “en torno a un 80% de la población estaba expuesta durante el periodo diurno a niveles de ruido iguales o inferiores a los límites que se marcan en la normativa”. En cuanto al horario nocturno, los estudios revelaban que “un 64% de la población estaba por debajo del límite normativo, que es más restrictivo que en horario diurno”. Además, incidía en que los barrios que rodean el centro histórico, caso de Santiago o San Miguel, “presentaban niveles elevados para el uso residencial”.
