El tiempo en: Campo de Gibraltar

Campo de Gibraltar

Mercado Torroja y Sánchez Arcas: el tiempo hace justicia. Un nuevo logro de Javier Ortega

El Ayuntamiento de Algeciras aprueba incluir el nombre del arquitecto que participó en la creación de este emblemático edificio.

Publicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai Publicidad Ai
  • Simulación de cómo quedaría el nuevo nombre del mercado de abastos -

El Mercado Ingeniero Torroja, una de las joyas arquitectónicas más destacadas de Algeciras y referente a nivel mundial en el ámbito de la ingeniería y la arquitectura, pasará a denominarse Mercado Ingeniero Torroja y Sánchez Arcas. Así lo decidió el pleno del Ayuntamiento el pasado martes 28 de enero, aprobando una iniciativa promovida por el inquieto y apasionado Javier Ortega, quien una vez más demuestra su inquebrantable compromiso con la cultura, la historia y el patrimonio de la ciudad.

Ortega ha defendido con vehemencia que una obra de tal trascendencia, concebida por el ingeniero Eduardo Torroja y el arquitecto Manuel Sánchez Arcas, debía reconocer el trabajo de ambos. Hasta ahora, el mercado solo llevaba el nombre del ingeniero, pero el papel de Sánchez Arcas, pieza clave en el diseño del edificio, había quedado injustamente relegado al olvido. Su propuesta ha contado con el apoyo de personalidades destacadas de la ciudad, incluidos alcaldes históricos como Paco Esteban, Juan Antonio Palacios y Patricio González, y ha sido respaldada por el pleno municipal en un acto de justicia histórica que da un paso más en el reconocimiento a figuras fundamentales del legado arquitectónico de Algeciras.

Manuel Sánchez Arcas (1897-1970) fue un arquitecto de vanguardia cuya obra dejó una marca profunda en la arquitectura moderna. En 1932, junto al ingeniero Eduardo Torroja, recibió el Premio Nacional de Arquitectura por la Central Térmica de la Ciudad Universitaria de Madrid. Un año después, ambos diseñaron el Mercado Ingeniero Torroja de Algeciras, cuya construcción finalizó en 1935. Este edificio, considerado un referente del modernismo, fue declarado Bien de Interés Cultural por la Junta de Andalucía.


A lo largo de su carrera, Sánchez Arcas desempeñó un papel clave en la arquitectura racionalista, fundando junto a Torroja el Instituto Técnico de la Construcción y Edificación y la revista Hormigón y Acero. En el Mercado de Algeciras, Sánchez Arcas definió la concepción, la forma y la distribución de los espacios, mientras que Torroja se encargó de la ingeniería y los materiales. La cúpula del mercado fue la mayor del mundo durante 30 años, hasta la construcción del Astrodome de Houston en 1965.

En 1939, tras la Guerra Civil, Sánchez Arcas se exilió ya que, debido a su ideología marxista, su vida corría grave peligro. Entre su legado, destacan obras emblemáticas como el Instituto Nacional de Física y Química (Edificio Rockefeller), el Hospital Provincial de Toledo y el Hospital Español en México, y su arquitectura sigue siendo objeto de estudio en facultades de todo el mundo.


Lo cierto es que, una vez conocida la vida y obra de este destacado arquitecto, la aprobación de esta iniciativa representa una auténtica victoria, no solo para la justicia histórica y para el propio Sánchez Arcas, sino también para la ciudad de Algeciras. A partir de ahora, su nombre quedará ligado de forma oficial a uno de sus edificios más emblemáticos, reconociendo así su contribución a una de las joyas arquitectónicas de nuestra ciudad. 


Pero este logro con el que Algeciras suma a un arquitecto de renombre a su legado patrimonial, es también un reflejo del trabajo incesante de Javier Ortega. Su compromiso con Algeciras se traduce en una labor constante de propuestas que buscan preservar, enriquecer y dignificar el legado histórico y cultural de la ciudad. Tanto es así, que no es la primera vez que una de sus iniciativas se materializa en un proyecto tangible con el respaldo institucional. Su amor por Algeciras le ha llevado a defender numerosas causas relacionadas con su patrimonio, y en cada una de ellas ha demostrado una profunda sensibilidad y una enorme capacidad para movilizar apoyos.

Gracias a su dedicación, el Mercado de abastos, la plaza, dejará de ser una obra con autor incompleto y, a partir de ahora, rendirá homenaje a los dos hombres que hicieron posible este prodigio arquitectónico. Este reconocimiento no es solo un nombre grabado en una placa; es un símbolo de memoria, de justicia y de identidad. Es la muestra de que, con esfuerzo y compromiso, es posible recuperar el pasado para construir un futuro en el que la cultura y la historia sean pilares fundamentales. Y todo esto ha sido posible gracias a la labor de un algecireño que sigue marcando la diferencia: Javier Ortega. 


 

 

 

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN