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La Vertical

El insepulto obispo edificador

Hace 525 años llegó a Jaén Alonso Suárez de la Fuente del Sauce como nuevo obispo de la ciudad, el prelado edificador, inquisidor General

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Hace 525 años llegó a Jaén Alonso Suárez de la Fuente del Sauce como nuevo obispo de la ciudad, el prelado edificador, inquisidor General y comisario general de la Santa Cruzada.

No ha pasado a la historia por sus innumerables construcciones en toda la provincia, ni su estilo pastoral o su vida ejemplar, sino, más bien, por ser enterrado en un arcón de madera.

El obispo falleció el 5 de noviembre de 1520, pero un pleito entre los herederos del obispo y el Cabildo Catedralicio de Jaén acerca del “derecho de patronato” sobre la capilla mayor de la catedral, provocó que fuera conocido como el “obispo insepulto.

El 13 de mayo del año 2000 su cuerpo momificado recibió sepultura en la Capilla del Santo Rostro de la Catedral.

Así lo explicaba Eva de Dios, una ilustrada guía turística, junto a la Capilla Mayor de la seo. Muy cerca estaba Cristina, con su sempiterna cámara fotográfica, que se hace eco de esas palabras y las traslada a sus progenitores, Carmen y José María, que se muestran sorprendidos del trágico final de este mitrado.

El abuelo Lucas, que giraba su visita mensual a la magnífica obra de Vandelvira, antigua mezquita mayor, escuchó las palabras de la joven e intervino para relatarles lo apasionante que fue estar entre el selectivo grupo de personas que asistieron al entierro del obispo Alonso Suárez de la Fuente del Sauce. Aún recuerda cómo recitaban el salmo 117 sobre el pecado y la muerte al son de la música fúnebre de Henry Purcell, al tiempo que sumían el féretro bajo las losas de la Capilla Mayor.

Por cierto, apunta el octogenario, el obispo, natural de la provincia de Ávila, podría haberse llamado Alonso Sanz Suárez pero, por entonces, allá por el siglo XV, era frecuente ponerse como apellido el nombre de la localidad de nacimiento. Así se convirtió en Alonso Suárez y de la Fuente del Sauce, en honor a su amado pueblo.

El abuelo Lucas completa su disertación con un consejo que él mismo se lo ha aplicado: hay que visitar la Catedral todos los meses porque siempre descubre alguna sensación diferente. Facilitaría la “convidá” si los vecinos de la capital pudieran disfrutar de este magnífico templo sin tener que “rascarse el bolsillo”.

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