Según un estudio del Complejo Hospitalario de Jaén
Investigadores de la Unidad de Endocrinología y Nutrición del Complejo Hospitalario de Jaén, junto con la Universidad de Jaén, han obtenido el premio a la mejor comunicación en el 36 Congreso de la Sociedad Andaluza de Endocrinología y Nutrición por un estudio que revela la importancia del consumo del yodo en las mujeres embarazadas para el desarrollo intelectual del hijo.
En concreto, el trabajo 'Suplementación yódica en gestantes: influencia en el desarrollo neuropsicológico de la prole', concluye que el yodo ingerido por la madre durante el desarrollo fetal potencia el desarrollo mental del bebé tras el nacimiento, aunque no han encontrado evidencias de que influya, sin embargo, en el desarrollo psicomotor al menos desde los 16 meses de edad.
En esta investigación han participado un total de 70 bebés de más de nueve meses, nacidos de madres que previamente habían recibido diferentes dosis de yodo durante la gestación. Así, se ha dividido la muestra en seis grupos de edad, en la que los especialistas han encontrado una relación positiva entre la yoduría materna y las escalas mentales y resultados de test de Bayley en todos los grupos excepto en los de más de 16 meses, "probablemente este resultado sea debido al pequeño tamaño muestral en este grupo de edad", ha afirmado la endocrinóloga Piedad Santiago.
Asimismo, en este estudio han participado Piedad Santiago Fernández, María Berrio Miranda, Álvaro Rodríguez Muñoz, José Antonio Muela Martínez, Carmen Gutiérrez Alcántara, Carolina Sánchez Malo, Alberto Moreno Carazo, Pilar Martínez Parra y Federico Soriguer.
YODO Y GESTANTES
Además, Santiago realiza desde hace años investigaciones relacionadas con la suplementación de la alimentación habitual de las mujeres gestantes con yoduro potásico. De esta forma, en un estudio previo, esta especialista demostró que la provincia jiennense es una zona deficitaria en nutrición en yodo y que el cociente intelectual de los niños se relaciona con esta carencia.
"El déficit de yodo causa trastornos graves como el bocio o el cretinismo endémico, además de alteraciones en el desarrollo intelectual y neurológico que se inician durante el embarazo". Así, si la madre está sometida a un ambiente en el que el aporte de este nutriente es insuficiente, "existen muchas posibilidades de que esto se produzca, pero este déficit nutricional se podría prevenir mediante la recomendación del consumo de sal yodada por parte de la población en general", ha subrayado Santiago.
Piedad Santiago forma parte del grupo de trabajo para la erradicación de los trastornos causados por déficit de yodo de la Sociedad Española de Endocrinología. Investigaciones relacionadas indican que la mayoría de las mujeres gestantes estudiadas presenta déficit de yodo, medido por la yoduria, que es el contenido de yodo en la orina, respecto a los índices aconsejados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que es una yoduria mayor de 150 mcg/litro, y que solo el 31,7 por ciento de ellas consumen de forma habitual sal yodada, que es el principal alimento portador de este nutriente