“Las auxiliares iban con linternas para cambiar a los abuelos. Había un olor a pis impresionante, y los trabajadores ahorraban energía del generador para usar los ascensores”. Así expresaba Teresa García, cuya madre está ingresada en la residencia Suite San García, las horas del pasado lunes sin luz ni agua por impago -desde la empresa les señalaban que fue un problema administrativo-.
A ello hay que unir un brote de piojos que según Isabel Guzmán, del Comité de Empresa, “lleva dos semanas”. Hay varios ancianos y dos trabajadoras infectadas.
Los familiares ya han comenzado a poner denuncias. Además, dijo que en mes y medio, 23 beneficiarios se han dado de baja o trasladado a centros en Los Barrios y La Línea.
Ayer, la delegada de Bienestar Social, Paula Conesa, se reunió con el gerente e instó a la Junta, ya que el centro es concertado, a que actúe.
Las trabajadoras tienen previsto iniciar el 26 de noviembre una huelga indefinida por los ocho meses de sueldo que les deben. Dicen que el propietario quiere vender la residencia a otra empresa.