Espero que estés preparado hoy para continuar con nuestro recorrido por La Janda. Continuaremos por dónde lo dejamos en nuestra última cita y ya verás como vas a ir descubriendo muchas cosas en este paseo por unos de los municipios más encantadores de la comarca...
-Tenías ganas de ver algo, si no recuerdo mal…
-Sí, me hablabas de una de las plazas con más encanto de la comarca.
-Pues aquí estamos. Nos encontramos en la plaza de Nuestra Señora del Socorro. Al igual que el pueblo, también ha tenido varios nombres, ‘Plaza de la Constitución’, ‘de la República’, pero su gente siempre la ha conocido como la ‘Alameda’.
-¡Qué de niños!
-Hace años, veníamos casi todos los domingos a disfrutar de la luz de este pueblo, de esta plaza. Ven, si te fijas, desde aquí se puede observar gran parte de la Campiña…
-¡Es verdad!
-Recuerdas lo que te contaba sobre el nombre de Benalup.
-Sí, pero no me quedó claro.
-Lo sé, pero hace unos días, un amigo me comentaba algo que puede que te sirva para aclarar tus ideas…me contaba que el pueblo siempre se ha llamado Casas Viejas, pero que en 1926, durante la dictadura de Primo de Rivera, se le cambiaría el nombre por otro más histórico, como es el de Benalup, que pertenecía a una alquería que estaba a un kilómetro de Casas Viejas.
-Lo siento, pero creo que es ahora cuando no estoy entendiendo bien… ¿qué es una "arquería"?
-No, no confundas los términos: ‘alquería’ o ‘alcaría’, es una palabra hispanomusulmana, originaria de al-Ándalus y significa ‘aldea’ o ‘casa de campo’, refiriéndose a construcciones de labradores pequeñas y modestas, con funciones tanto agrícolas como ganaderas, casi siempre alejadas de centros urbanos. En este caso la de Ben-Alud.
-¿Cómo las villas romanas?
-Puede ser… pero no hace falta ir tan lejos en el tiempo. Tenemos los cortijos andaluces, ¿no es así?
-Sí.
-Para que te hagas una idea, un centro autosuficiente en el campo.
-Vale, pero ahora, a ver… ¿Cuándo recupera su nombre Benalup su nombre?
-Según lo dicho, durante la II República Española, lo rescata, y con el franquismo se intenta borrar lo de Casas Viejas, porque se considera recuerdo del anarquismo y la lucha obrera. Fue en 1991, como te dije, cuando queda con el nombre de Benalup, y ya en 1998 se le añade Casas Viejas. Por ello es comprensible, lo que acertadamente decía este vecino que conoce muy bien su pueblo “la historia del nombre es un paseo por la historia del último siglo del pueblo, la etapa conservadora o progresista en la historia ha dejado su huella en nuestro topónimo”.
-Lo extraño de todo, es que parece que los pueblos, las ciudades, siempre han tenido el nombre que poseen en la actualidad… y detrás de cada uno se esconde una larga historia digna de ser contada…
-Pues sí, así es… Mira, ponte aquí… ¿ves?
-¿El qué?
-Como se recorta la silueta de la iglesia en el horizonte. Enmarcada por la propia fisonomía de la plaza.
-Sí, pero es extraña.
-¿Extraña?
-Sí. La iglesia no es como La Coronada de Medina, o San Jorge de Alcalá.
-Perdona, pero ahora soy yo quién no entiende tu afirmación.
-Bueno, más que extraña, quizás debí decir, distinta. Su aspecto no trasmite la antigüedad de otras iglesias que hemos visitado.
-Pero no por ello tiene menos importancia que las que acabas de nombrar. Son monumentos distintos, únicos en sus estilos, con personalidad propia, y como las personas, han de ser tratadas como tales, ‘seres’ independientes.
-Lo sé.
-Aunque no te equivocabas al decir que su aspecto no tiene ese ‘sabor añejo’ que sí puede evocar otras iglesias. Sin embargo, ésta es muy peculiar. Recuerdas que te hablaba de una fecha fácil de recordar.
-Sí.
-¿Cuál?
-1555.
-Veo que no fallas.
-Pues desde esa fecha consta, según las fuentes, la existencia de una ermita en el lugar que ahora ocupa la iglesia.
-Pero, no es que sea de esa época.
-Claro que no. Fue Josefa Pardo de Figueroa, esposa del marqués de Negrón, la principal benefactora de la nueva iglesia. Las obras comenzaron en 1915, con una duración de quince años de construcción, pero habrá que esperar hasta 1944 para que pueda llevarse a cabo su consagración y terminación definitiva.
-Apenas tiene cien años…
-Pero, como ya te he dicho, no por ello tiene menos importancia que otras obras, y responde de igual forma como punto fundamental en el patrimonio de esta población. Vamos a entrar, pero antes de ello, me gustaría que me dijeras, qué es lo que te sugiere su aspecto exterior.
-Difícil pregunta… no sé… su aspecto da sensación de robustez.
-Muy acertado, muchacho. Y ese aspecto que dices es propio de su carácter medieval, dentro del anacronismo propio de este estilo. He ahí el ‘sabor añejo’ de la historia que antes buscabas.
-¿Qué estilo?
-Bueno, no se puede considerar propiamente un estilo, pues sus rasgos se toman de varias fuentes, sin determinar un estilo particular. Es el eclecticismo, y se caracteriza por ello, por mezclar en un mismo edificio elementos del románico como los arcos de medio punto abocinados, del mudéjar, el uso del ladrillo, y si nos adentramos en su interior…
-Es enorme…
-Sí… la amplitud propia de las basílicas paleocristianas. Como ves, aquí si que se unen multitud de elementos dispares en una sola obra, pero con características nuevas. Es la riqueza del concepto ‘ecléctico’. Éste romperá el rígido esquema academicista propio del neoclasicismo de finales del siglo XVIII. Una forma nueva de crear, que se dio durante el siglo XIX y ya entrado el XX, donde la creatividad superara cualquier norma impuesta. Es un auténtico viaje por las tendencias arquitectónicas que marcaron determinadas épocas de la Historia.
-Me gusta.
-¿El qué?
-Pues que en un solo edificio se pueda apreciar los valores estéticos de otros de épocas totalmente distintas.
-Es un lujo, sí. Fue el maestro de obras Juan Girón, quién lleva a cabo el proyecto en este estilo, y el interior, como puedes ver, se caracteriza por la rectitud de las formas, la limpieza de ornamentos, la amplitud de la única nave y la luz que penetra a través de sus ventanales, sobre todo… acércate… la que proviene de la zona del presbiterio. Esta parte, que se separa del resto del cuerpo del edificio, a través de un gran arco, es la parte más importante de la iglesia.
-¿Por qué?
-¿Por qué crees tú?
-No sé, pero aquí es dónde se oficia la misa.
-Efectivamente. También es el ábside o cabecera del templo, y como su propio nombre indica, simbólicamente representa la ‘cabeza’ de Cristo. Aunque en esta iglesia, no quede claramente representada, si fijas bien, la puerta por la que hemos entrado serían los ‘pie’, y estas dos capillas laterales, que no pueden considerarse nave transepto propiamente dicha, representarían los ‘brazos’ de aquél que murió en la cruz.
-Forman las partes del cuerpo humano.
-Sí, concretamente, el cuerpo de Cristo en la cruz, y con ello se le intenta dar vida a una obra de arquitectura, que de todas las artes, siempre es la más difícil de dotar orgánicamente. Esto queda manifestado totalmente en las iglesias de planta de cruz latina, como las iglesias de peregrinación de la Edad Media. Pero quería acercarte a una posible asimilación en esta iglesia del Socorro.
-Comprendo.
-Vamos, te contaré que quisieron hacer con la iglesia durante la segunda república… ¿sabes algo sobre los años 30?
-¿De los 30? No…
-Bien… pues nos introduciremos, dentro de unos momentos, en esa época sin salir del pueblo…