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Eutopía

Flores del Consuelo

1970. Algunas veces, la pérdida, no quiere irse sola. Después de llevarse al poeta de la segunda posguerra, Paul Celan, arrastraría a su orilla, a la escritora alemana de origen judío, Nelly Sachs

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1970. Algunas veces, la pérdida, no quiere irse sola. Después de llevarse al poeta de la segunda posguerra, Paul Celan, arrastraría a su orilla, a la escritora alemana de origen judío, Nelly Sachs, a quien cuatro años antes, le concedieron el Premio Nóbel de Literatura. Leer los versos de ambas figuras, ayuda a esbozar cómo la poesía sirve para desgranar,  evidenciar y reflejar el Holocausto, la persecución irracional, el genocidio…Con una mirada anacrónica, puede filtrarse ese homo homini lupus, locución máxima que refiere el filósofo Hobbes en su obra Leviatán, describiendo la tendencia natural del ser humano, de actuar como un lobo, para el resto de personas. Más destacable es, sin duda, la capacidad humana de resaltar la potencialidad individual y grupal, la posibilidad permanente, de evolución y cíclica metamorfosis, el análisis racional, la búsqueda espiritual y del bien común.. Nelly Sachs, sufrió la discriminación y el acoso absoluto, por ser alemana de origen judío. Posteriormente, padecería el desarraigo de su largo exilio en Suecia. Descubriría en su trayectoria vital, que también el Sol es apátrida, en su Huída y Transformación. Sus poemas nos muestran el semblante iracundo y prepotente del nacional-socialismo y de su engendro, el racismo…Escribiría: “Las flores del consuelo brotaron demasiado brevemente, no alcanzaban para el dolor de una lágrima de niño […] Los rayos del dolor no dejan conciliar el sueño al campo del olvido. ¿Quién puede consolar? Jardineros somos y nos hemos quedado sin flores, y estamos sobre una estrella que irradia y lloramos”…Por eso, recordar anualmente el 27 de enero, Día Internacional de Conmemoración de las Víctimas del Holocausto, no es simplemente un gesto solidario, sino una lección de aprendizaje, que paradójicamente, aún se continúa suspendiendo. Entonces... ¿Cómo traduciríamos esas “flores” en la actualidad? No debiera darse ni siquiera el acto de consolar, sino de respetar, aceptar, dignificar, sumar, en definitiva, Amar…Mediante la sensibilización,  concienciación, prevención y la educación, de todos los agentes de socialización, podríamos anular y evitar, los campos de concentración, los guetos, las masacres, los asentamientos de personas refugiadas,  los nacionalismos e ideologías fascistas y/o dictatoriales, las instituciones políticas, económicas y religiosas históricamente intocables, la ferocidad de una economía desequilibrada…Por eso, tomar un posicionamiento firme, coherente y precavido ante las estrategias dominantes del sentido más despectivo del “poder”, es imprescindible para ir instaurando la Paz, el Respeto entre los Pueblos, la Solidaridad y la Con-vivencia mundial…Jardineras/os somos…pues sembremos.

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