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Ladrillos y más ladrillos

El partido Los Verdes de Europa ha elaborado un documento, aprobado por el Parlamento Europeo, que deja a España por los suelos en materia urbanística...

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El partido Los Verdes de Europa ha elaborado un documento, aprobado por el Parlamento Europeo, que deja a España por los suelos en materia urbanística. Lo que los ecologistas españoles advierten desde hace años, pero que ningún partido recoge, llámese Los Verdes o como quiera, es que ha existido una permisividad absoluta que ahora empieza a tener consecuencias muy graves. Si el Parlamento Europeo también tira de las orejas a España, la gravedad se convierte tragedia. Con un añadido del eurodiputado de IU, ayer se definieron a las administraciones españolas como lo que son, promotoras de la corrupción urbanística por la falta de rigor y escrúpulos a la hora de planificar la construcción. Tanto el PSOE como el PP han quedado como auténticos partidos vendidos a las siglas, defensores de los jefes y cargos. Los dos quisieron rebajar el tono crítico del texto aprobado ayer y recibieron una reprimenda digna de ser reproducida: “El PSOE y el PP españoles se han quedado aislados, marginados. Sus argumentos no convencen a nadie, porque hay miles de ciudadanos que han visto los abusos urbanísticos, los impactos ecológicos de este modelo”. La verdad. 

España no ha sabido construir. Por eso hoy la crisis será mucho más grave para la sociedad española, por eso hay más parados que en Francia, Alemania, Italia... España ha sido capaz de construir más casas en un año que estos tres países juntos. Y nunca nadie ha tomado cartas en el asunto. No lo hizo Aznar, que hizo crecer la economía cabalgando sobre miles de millones de ladrillos y hormigón. Tampoco lo ha hecho Zapatero, que quiso mantener el último tirón en el PIB de los golfos y mangantes que ahora presentan suspensión de pagos. Pero el Parlamento Europeo no se ocupaba ayer de la trágica crisis que sí será más profunda en España por culpa del batacazo inmobiliario, sino de las consecuencias que este frenesí urbanístico tiene sobre el litoral español. Quien crea que nuestro entorno no se ha destruido es que debe quitarse la venda o reconocer que es uno de los que ha trincado del ladrillo.

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