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Lo que queda del día

La navaja de Ockham para una mudanza

Hemos hecho de cada anécdota un diario de sesiones mientras seguimos a la espera de que en Jerez se cumplan las perspectivas laborales y económicas que deseamos, punto postergado por los fallos de unos y los afanes de otros

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En ocasiones, ante determinados misterios inexplicables, y a fuerza de evitar decisiones salomónicas, nada mejor que recurrir a Guillermo de Ockham para hallar alguna respuesta que, si no concluyente, pueda reportar algo de sensatez ante el dilema planteado. El jueves, tras la polémica suscitada por la reorganización de despachos en el área municipal de Economía, fue inevitable recordar uno de los principios del filósofo y franciscano inglés, el de la navaja de Ockham, basado en el hecho de que cuando dos teorías, en igualdad de condiciones, tienen las mismas consecuencias, la teoría más simple tiene más probabilidades de ser correcta que la compleja.

Así, de un lado tenemos la teoría de que en mitad de una mudanza de despachos, y ante la ausencia de su ocupante, varios de sus compañeros de trabajo decidieron anticiparse y trasladar sus cosas al nuevo despacho una planta más arriba. Del otro tenemos la de la misma mudanza, pero interpretada como una maniobra de presión contra la trabajadora bajo órdenes políticas por su pertenencia a un sindicato beligerante con el gobierno local, mediante el asalto, desmantelamiento y manipulación de su documentación, apilada y desordenada sobre una mesa.

Si alguno de ustedes ha participado alguna vez en la mudanza de una oficina, se inclinará, sin duda, por la primera. Si alguno de ustedes está incluido en el ERE municipal, se ha visto afectado por el mismo, vota a los partidos de la oposición o milita en alguno de los sindicatos “beligerantes” contra el Gobierno local, optará por la segunda. Aún así, si seguimos las indicaciones de Ockham, la teoría más simple, la más válida, es la primera, y el hecho de que tantas personas hayan salido públicamente respaldando la segunda se debe al estado de nerviosismo, angustia y decepción en que el ejecutivo popular ha sumido a la plantilla del Ayuntamiento, y a que la oposición no va a dejar pasar ni una oportunidad para hurgar en los errores y en los defectos del equipo de Pelayo que encuentra por el camino.

En este sentido, coincidir en que la primera teoría puede ser la más válida tampoco implica respaldar la decisión de los autores de la mudanza, que, conscientes de la situación que se vive en el Ayuntamiento desde el anuncio del ERE, y las peculiaridades de ese despacho en particular, debieron haber sopesado todos los detalles y no solo la celeridad del traslado. A partir de ahí, lo lógico habría sido resolver las diferencias con las disculpas personales de quien se tomó excesivas confianzas en la mudanza, pero cuando tantas circunstancias escapan a la lógica, resulta complicado esperar determinados detalles, y todo ello ha provocado que hagamos de la anécdota un diario de sesiones mientras seguimos a la espera de que en Jerez se cumplan las perspectivas laborales y económicas que todos deseamos, punto postergado en el orden del día a día por los fallos de unos y los afanes de otros.

Mientras tanto, el Ministerio de Hacienda volvió a mostrarle ayer al Ayuntamiento la zanahoria de la PIE, a ver si avanza y endereza el rumbo en el compromiso de sus obligaciones financieras. Pero, de momento, solo zanahoria. Algo similar a lo de la sentencia sobre el ERE, que el Gobierno local ha terminado llevando a su terreno, ganando tiempo y haciéndoselo perder a los afectados. Como escribió en su Facebook un abogado el día que se conoció el auto del TSJA: “todos ganan, unos más que otros, pero al trabajador le queda un proceso largo, y esperar, esperar, esperar...”. Como ha sido, y como va a ser.

Por otro lado, y ahora que está a punto de firmarse el acuerdo para la cesión de la gestión del agua durante los próximos 25 años, o lo que es lo mismo, ahora que el Ayuntamiento está a punto de ingresar un primer pago de 40 millones de euros, conviene empezar a hacer determinadas preguntas de cara a un futuro inmediato ligado al cumplimiento del plan de ajuste, caso de lo que va a ocurrir con los otros 150 trabajadores que iban a salir de las empresas municipales vía ERE (segunda parte) y de la posible privatización de nuevos servicios ante la necesidad de cumplir con un ICO a punto de ampliarse y hasta ahora no devuelto. Cuando menos, no tienen pinta de anécdotas.

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