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Jesús será azotado el Miércoles por dos sayones de nueva talla

Las figuras acompañarán en el paso de la Hermandad de los ?Beregenos? al otrora solitario Señor flagelado

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  • Un boceto de uno de los dos sayones que fustigarán al Cristo de los Azotes en la procesión del Miércoles Santo -
Será una de las grandes novedades de la próxima Semana Santa de Baena si los plazos previstos se van cumpliendo. El primero de ellos será dentro de tres semanas, cuando la Hermandad del Santísimo Cristo de los Azotes, perteneciente a la Cofradía de Nuestro Padre Jesús del Huerto y San Diego, presente dos nuevas imágenes que se colocarán en el paso del Señor hacia su calvario. Desde entonces hasta el Miércoles Santo (8 de abril), día en que procesionarán por vez primera, habrá transcurrido el tiempo suficiente para que los más curiosos quieran ver a los dos azotadores, a los dos sayones que han sido creados por  Sebastián Montes Carpio,  el imaginero de Villa del Río.

UN AÑO

Fue precisamente la pasada Semana Santa cuando la Hermandad de los Azotes, conocida popularmente como “Beregenos”, se planteó la posibilidad definitiva de incorporar dos sayones en el paso de su titular, para darle más realismo y vivacidad a la imagen que procesiona el Miércoles Santo. Un azotado acompañado por sus torturadores. Tras estudiar las posibilidades y también la inversión económica, en verano encargaron la realización de esas tallas al imaginero villarense, muy conocido en ambientes cofrades por haber realizado diferentes trabajos para la Pasión de la provincia y capital, como el paso de La Borriquita.
  
Las nuevas figuras están en sintonía con el estilo que expresa la escultura del Señor al que van a azotar, con claras influencias de la Escuela granadina del siglo XVII: mucha expresividad y dramatismo, como corresponde al pasaje bíblico que representa. Uno de los sayones se encarga de azotar a Cristo con ramajos secos para ablandarle la carne, mientras que el otro porta el látigo con bolas de acero para profundizar. Los dos azotadores irán policromados (con varios colores), están tallados de cuerpo entero y su vestimenta es escasa, al estilo de su peculiar oficio y de aquella época romana: luciendo un fuerte correaje sobre el torso, pantalón corto y botas de cuero.
  
Cada uno de los sayones se compone, desarmado, de varias piezas, incluyendo la peana sobre la que irán colocados encima del paso, las extremidades superiores e inferiores, y el torso.

CARNE Y BARRO

Los bocetos de cada uno de los verdugos se realizan en barro modelado y una vez que obtienen el visto bueno de la Hermandad de los Azotes se llevan a cabo en madera policromada, madera de cedro concretamente, de poco peso y amarga, lo que evita ser pasto de las temidas polillas. Y ahí vuelven a tener importancia las manos del imaginero para “encarnar”, es decir, imitar el aspecto de la carne humana con diferentes acabados que acerquen la figura a la realidad.
  
Tan real es el aspecto de los azotadores es que estrenará la Hermandad “Beregena”, como que los modelos que sirvieron para configurar sus rostros y sus facciones, sus gestos, fueron reales. Y no precisamente modelos guapos y esbeltos, sino aquellos que pudieran darle a las tallas el aspecto rudo, fiero y despreciable de los azotantes, encarnando a la vez agresividad, desdén, saña, crueldad...
  
Se trata de coger modelos lo más cercano posible a la figura que se pretende crear en el taller del imaginero para que luego la talla tenga expresiones que parezcan naturales, que se asemejen a los rostros humanos. Y en el caso de los sayones, que han de meter miedo, de intimidar en definitiva, el modelo debe tener esas características antes apuntadas.
También en el tamaño de las dos nuevas figuras que maltratan a Jesús se han tenido en cuenta los modelos naturales y la propia envergadura del Cristo al que van a azotar. Jesús y sus verdugos van a guardar una estatura similar para darle equilibrio al paso y agresividad a la escena. Las figuras medirán entre 175 y 180 centímetros sin contar la peana en la que van asentados. Uno de los sayones lleva el pelo rapado por delante y en la parte de la nuca unas greñas que acentúan su expresión malvada.

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