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Las calenturas de ZP

Me pregunto en qué tetas, perdón, qué leches, estaría pensando el presidente el otro día durante su comparecencia ante los medios con motivo de la visita del jefe de estado ruso cuando dijo lo que se supone ya saben que dijo...

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Me pregunto en qué tetas, perdón, qué leches, estaría pensando el presidente el otro día durante su comparecencia ante los medios con motivo de la visita del jefe de estado ruso cuando dijo lo que se supone ya saben que dijo.

Se me antoja que no precisamente en la madre Rusia, que, en todo caso, en la hija, la sobrina, la cuñada o la prima.

No me explico cómo a todo un ministro principal de una de las primeras potencias del mundo se le ocurre pensar en sexo en circunstancias tales, si es que era en eso en lo que estaba pensando. O mejor dicho, sí.

Al final va a ser verdad lo que suelen reprocharnos las mujeres: que todos los hombres pensamos en lo mismo. ¡Qué calladito se lo tenía el mozo, el muy ladino! De todas formas, hay que ser comprensivos con ZP, que también es de carne y hueso y como todo hijo de Dios vulnerable a las calenturas.

Claro que para calentamientos los que le está ocasionando al compañero de filas don José Luis eso de la lucha contra los efectos de la puñetera crisis. El pobre –lo de pobre es un decir– no da ni una, aunque también es verdad que en ningún otro país de nuestro entorno andan más orientados, pues nadie atina con la tecla y la amenaza de recesión económica a nivel global en lugar de espantarse se acrecienta. Mal de muchos, consuelo de tontos, que dice el refrán, pero consuelo a fin de cuentas.

La economía española puede caer casi un tres por ciento en 2009. La de Estados Unidos ya va por el seis. Entretanto, se desploman los precios, bajan los intereses y, lo auténticamente grave, empieza a perderse el sentido de la vergüenza.

Nada más cierto eso de que a perro flaco todo se le vuelven pulgas. A Zapatero no paran de salirle granos, no tal vez en las inmediaciones del recto, mas si en otras, dicho sea, por supuesto, de modo figurado.

A los malos datos económicos, que vienen repitiéndose mes a mes, la reciente dimisión del ministro Bermejo, el terremoto mediático desatado por Garzón y la declaración en rebeldía del Partido Popular casi al completo, contra el juez, por un lado, y contra la administración de Justicia y hasta con la Policía, por otro, se suma ahora el varapalo de las autonómicas en Galicia y el marrón que le ha caído al partido socialista y al gobierno con los resultados electorales que se dieron en Euskadi el 1 de marzo. ¡Menuda papeleta! Cómo para que no tenga ganas el hombre de pensar en cosas agradables y en relajarse…  fornicando, por ejemplo.

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