El presunto secuestrador se desmaya al oír las acusaciones por el secuestro de Vistalegre
Ingirió lejía en la primera vista para evitar ser juzgado
Volverá a sentarse en el banquillo de los acusados el próximo 22 de mayo
Una vez esperó a la mujer en la escalera con un cuchillo tras refugiarse en casa de una vecina
Por segunda vez el juicio contra el presunto secuestrador de Vistalegre queda aplazado. Si hace dos meses ingirió lejía para evitar ser juzgado, lo que le produjo una leve gastritis, en esta ocasión, el acusado de retener a su mujer varios días en el domicilio conyugal sufrió un amago de infarto cuando el juez que instruye el caso, Ignacio Barangua, daba lectura a la larga lista de delitos que se le imputan. Al desplomarse en el suelo, de inmediato alertaron a los servicios médicos de lo ocurrido, que consiguieron estabilizar a este hombre de sesenta y cinco años que sufre problemas cardíacos. El 061 trasladó entonces al presunto autor del secuestro al hospital de Jerez, donde permanecerá hasta que reciba el alta médica para posteriormente ingresar de nuevo en el centro penitenciario Puerto II, donde lleva encarcelado con carácter preventivo desde el pasado mes de julio, cuando ocurrieron los hechos.
Tras más de media hora de deliberación, evaluando el estado en el que se encontraba el acusado para poder seguir adelante con la vista o no, el magistrado decidió suspender el juicio y posponer la vista al próximo 22 de mayo.
Ésta será la tercera vez que el procesado tendrá que sentarse en el banquillo de los acusados y enfrentarse a la pena de veinte años de cárcel que pide para él el letrado que ejerce la acusación particular, Pedro Pérez, o los quince que solicita la Fiscalía.
Destacar que los informes médicos del acusado dan fe de los problemas cardícacos que padece, mientras que los exámenes psicológicos practicados a la mujer y sus dos hijos son “una prueba propuesta que está pendiente en su día de la práctica de diligencias para acreditar los hechos que la acusación y el fiscal mantienen”, asegura el abogado.
“Todo lo que se me acusa es incierto”, dice el acusado
Poco antes de sufrir el desvanecimiento, el acusado declaró que “todo de lo que se me acusan es incierto”. Tras ello, el magistrado pasó a leer los escritos de la Fiscalía, que pide quince años de prisión, y los de la acusación particular, que solicita un total de veinte, y que hicieron referencia a los treinta y ocho años de malos tratos continuados hacia su esposa, sus dos hijos, y su cuñado, que convivía con ellos y tiene síndrome de down, así como numerosos delitos de coacciones y lesiones.
En este sentido, el procesado durante años “amenazó con matarlos” y “desvalorizaba” a su mujer y a su hija constantemente. Una vez la mujer tuvo que refugiarse en casa de una vecina tras “zarandearla” y amenazarla con la muerte. Para asegurarse que no conseguía escapar, la esperó durante horas en el rellano de la escalera con un cuchillo. También en más de una ocasión le dijo que estaba dispuesto a quemar el hogar familiar “porque yo lo pago y yo lo destruyo”, leyó el juez en el escrito de acusación, y tirarla por la ventana si era capaz de abandonar el hogar.
begopikos@gmail.com
Tras más de media hora de deliberación, evaluando el estado en el que se encontraba el acusado para poder seguir adelante con la vista o no, el magistrado decidió suspender el juicio y posponer la vista al próximo 22 de mayo.
Ésta será la tercera vez que el procesado tendrá que sentarse en el banquillo de los acusados y enfrentarse a la pena de veinte años de cárcel que pide para él el letrado que ejerce la acusación particular, Pedro Pérez, o los quince que solicita la Fiscalía.
Destacar que los informes médicos del acusado dan fe de los problemas cardícacos que padece, mientras que los exámenes psicológicos practicados a la mujer y sus dos hijos son “una prueba propuesta que está pendiente en su día de la práctica de diligencias para acreditar los hechos que la acusación y el fiscal mantienen”, asegura el abogado.
“Todo lo que se me acusa es incierto”, dice el acusado
Poco antes de sufrir el desvanecimiento, el acusado declaró que “todo de lo que se me acusan es incierto”. Tras ello, el magistrado pasó a leer los escritos de la Fiscalía, que pide quince años de prisión, y los de la acusación particular, que solicita un total de veinte, y que hicieron referencia a los treinta y ocho años de malos tratos continuados hacia su esposa, sus dos hijos, y su cuñado, que convivía con ellos y tiene síndrome de down, así como numerosos delitos de coacciones y lesiones.
En este sentido, el procesado durante años “amenazó con matarlos” y “desvalorizaba” a su mujer y a su hija constantemente. Una vez la mujer tuvo que refugiarse en casa de una vecina tras “zarandearla” y amenazarla con la muerte. Para asegurarse que no conseguía escapar, la esperó durante horas en el rellano de la escalera con un cuchillo. También en más de una ocasión le dijo que estaba dispuesto a quemar el hogar familiar “porque yo lo pago y yo lo destruyo”, leyó el juez en el escrito de acusación, y tirarla por la ventana si era capaz de abandonar el hogar.
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