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El diezmo de los pobres

Ante la actual crisis económica y la tragedia que empiezan a vivir millones de españoles, un gesto oportuno y eficaz es el propuesto por el Sr. obispo de Cádiz y Ceuta, D. Antonio Ceballos, de redescubrir el diezmo de los pobres...

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Ante la actual crisis económica y la tragedia que empiezan a vivir millones de españoles, un gesto oportuno y eficaz es el propuesto por el Sr. obispo de Cádiz y Ceuta, D. Antonio Ceballos, de redescubrir el diezmo de los pobres. Sé que ya lo estaban realizando algunos cristianos y a ello son invitados todos los hombres de buena voluntad.
“Sin palabras” deben de calificarse las críticas que la iniciativa episcopal recibió en un programa de nuestras cadenas-basura, aunque la basura sea pública. Menos mal, que el bendito del obispo había declarado que él pensaba, el primero, entregar el diez por ciento de sus ingresos a los pobres y que pedía precisamente para los indigentes. Ya se sabe que este país hace tiempo que ha perdido la cordura, si no la vergüenza.


El Sr. arzobispo de Barcelona, también afirmó hace poco: “Hoy se podría formar a los cristianos para que aportaran un tanto por ciento, a modo de cuota, suscripción o de la entrega de un día de sueldo al mes, o al año”. Ante el crecimiento en un cuarenta por ciento de las peticiones de ayuda a Cáritas, decía: “Llegaremos hasta donde podamos e intentaremos ser muy generosos”.

El cardenal Rouco al comienzo de la Cuaresma declaraba: “El que ayuna física y espiritualmente, al compartir sus bienes, da limosna de verdad”.

El arzobispo de Mérida-Badajoz, monseñor García Aracil declaraba: “Hay un problema de actitudes humanas, ya que todos queremos más y, en algunos casos, de un modo loco y sin freno. De todos modos, no está todo en manos de la Iglesia, ya que ésta actúa por vocación y subsidiariamente tratando de ayudar en la medida de sus posibilidades a los agentes sociales y a los perjudicados por la situación económica”.

Días graves se avecinan para España. Se desvaneció la sonrisa grotesca del optimismo pseudoantropológico de ZP. Mientras los ayuntamientos sigan enviado a los pobres a las puertas de los curas, los pobres sólo contarán en España con la Iglesia.

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