Siempre se ha dicho que el motor de la ciudad ha sido el turismo, pero últimamente se comenta el bajón que ha pegado en la ciudad. El Puerto de Santa María, buque insignia del turismo gaditano de calidad, ha empezado a bajar considerablemente.
Recuerdo que hace no más de tres o cuatro años el verano empezaba en junio y finalizaba después de la Patrona, incluso la semana siguiente. Este año junio ha sido desastroso y la segunda de julio también, a partir de la Virgen del Carmen se ha empezado a notar el aumento de público en las calles pero, aun así, no el que teníamos antaño.
Antes, cualquier día de la semana era bueno para salir ya que estaban abiertos todos los bares, ya fuera para cenar o para tomarse una copa. Salir entre semana en la actualidad significa tener todos los bares de comida a tu disposición (si no vas a cenar muy tarde) y poder tomarte una copa en los pubs que se atreven a abrir y, sobre todo, tienes que tener en mente de que será en una terraza tranquilamente porque el bullicio de hace años llama la atención por su ausencia.
Multitud de bares en la zona centro están cerrando sus puertas, quizás por la temida crisis pero también influida por la falta de atractivos en la ciudad. Nos hemos aclimatado a que El Puerto vive del sol y la playa y las tendencias, al igual que las necesidades de los turistas, cambian.
La ciudad ha pasado de tener un turismo masivo a un turismo normal y de clase media a clase media baja. Yo por mi trabajo conozco de primera mano lo que piensan los turistas; a diario me cuentan sus experiencias y sus inquietudes en la ciudad.
La falta de museos y la precariedad de los mismos en sus horarios, la falta de limpieza, la falta de mantenimiento en la mayoría de viviendas del centro, la falta de sombras en las que poder descansar y así una larga lista de defectos.
Los atractivos turísticos necesitan relanzarse y sobre todo mejorarse y ampliarse. No es concebible para una ciudad que viva del turismo que las entradas a la ciudad tengan falta de mantenimiento y cuidado (antigua NIV necesita un pintado integral de la mediana, al igual que el arreglo de la Glorieta al lado del Tomillar que da pena), todo el Parque Calderón (todo su perímetro necesita a gritos un pintado y un baldeo) y la calle Micaela Aramburu de Mora llena de alcorques vacíos, todas las calles de la peatonalización del centro sin papeleras, sin árboles y sin bancos que inviten a sentarse… Un largo etcétera imposible de desarrollar.
Estos días el tema de moda es la otra banda del río, a mi parecer es un terreno muy interesante para la integración del mismo en la ciudad y para aumentar la zona de ocio del centro. Me ha agradado bastante que una multinacional de comida rápida haya elegido ese emplazamiento para situar allí una sucursal, ya que muchos de nuestros jóvenes se decantarán por comer y pasear por la zona centro al poder ir a comer con sus amigos a este tipo de restaurantes.
La macro discoteca que se dice que también quiere instalarse en esos terrenos creo que es la primera piedra para que El Puerto vuelva a ser el punto neurálgico de ocio y fiesta de toda la Bahía de Cádiz, como antiguamente lo era.
Espero que no caiga en saco roto y que nuestros munícipes ayuden a que la zona se desarrolle y que sobre todo se integre y fortalezca a los hosteleros del centro, que son los que más están notando la crisis, ya sea por la falta de clientela, por la falta de atractivos en la ciudad, por la falta de plazas de aparcamientos, o sea por… El Puerto de Santa María, El Puerto para los amigos.