El gobernador del Banco de España, Sr. Fernández Ordóñez, ha dicho que el sistema de pensiones se enfrenta a un serio problema de viabilidad si no se adoptan medidas drásticas de reforma...
El gobernador del Banco de España, Sr. Fernández Ordóñez, ha dicho que el sistema de pensiones se enfrenta a un serio problema de viabilidad si no se adoptan medidas drásticas de reforma. Su declaración ha recibido un aluvión de críticas de sus compañeros de partido. El ministro de Trabajo le ha acusado prácticamente de ignorante, por cuestionar la solvencia de la Seguridad Social y el secretario general de la UGT ídem de lienzo. Es curioso que esas dos luminarias intelectuales descalifiquen en esos términos a Mafo que, siendo moderados, tiene un conocimiento de los asuntos económicos y financieros infinitamente superior al de los Sres. Corbacho y Méndez cuyo curriculum en esos ámbitos es inexistente. Fernández Ordóñez ha puesto de relieve un hecho conocido y proclamado de manera constante y desde hace muchos años por la mayoría de los economistas expertos en pensiones: el modelo de reparto vigente en España es insostenible y/o deberá ser revisado de manera sustancial debido al envejecimiento de la población. El sistema se basa en que quienes trabajan ahora financian la cobertura del retiro de los jubilados. Esto supone que cuando el número de retirados crece y la población ocupada no lo hace, un número cada vez menor de ciudadanos activos tiene que pagar las pensiones de un número cada vez mayor de pensionistas. España es el país de la UE, después de Italia, con un escenario demográfico peor.
Si no se reforma el sistema de pensiones, los trabajadores tendrán que pagar impuestos más altos para mantener la cobertura de retiro en sus actuales términos y/o las pensiones tendrán que ser recortadas. En suma, el mantenimiento del actual modelo conduce bien a sacrificar el nivel de vida de los ocupados bien a reducir el de los pensionistas. No cabe otra opción. Por eso, el gobernador ha puesto el dedo en la llaga y ha sacado a la luz un problema real y grave de la economía española. Indudablemente, esto molesta a un Gobierno que está abrumado por una crisis económico-financiera que ni ha sabido anticipar y para la que no está adoptando las medidas necesarias para combatirla. Como diría un castizo, a Zetapé le crecen los enanos.