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Sábado 01/06/2024  

Mirando al cielo

Yo no creo en el cielo, sino en la tierra. Creo que la estamos matando, poco a poco, al introducir cemento en sus entrañas, al pudrir sus océanos y al apestar sus ríos, y que ,aun así, ella nos sigue regalando ,como buena madre que es, lo mejor de si misma.
Yo creo en la gente que pasa doce horas, cada día, en un trabajo que no le gusta, mal pagado, por dar mejoría a los suyos, igual que creo en el que va en bicicleta a orilla de la playa o por mitad del campo, aún no despertada la primavera, porque creo definitivamente en la vida

Creo ,que, en nuestros pasos, nos cruzamos con ángeles y diablos y que ninguno de ellos tienen alas, sino piernas y pensamientos; unos, nos besan en la boca y otros nos dan patadas y hasta pellizcos
El dueño de Play Boy ha comprado la tumba contigua a la de Marilyn, para que den con sus huesos en ella, una vez haya muerto. Pero el hombre que más mujeres ha desnudado , para jamás ver el alma femenina, no encontrará la paz, ni el sosiego, junto a los huesos descompuestos de Marilyn, sino solo el olor a tierra removida y la oscuridad eterna
En cambio, Amalia Quirós, sabe bien de la temporalidad del cielo y de la eternidad de los recuerdos, por eso en su nueva exposición, que se inaugura el día 5 en Cádiz, en el centro la merced, ha plasmado la sabiduría de mujer eterna de su madre, su risa, sus ojos, sus cuentos y sus poesías, clavando con ardorosas punzadas en el cuadro que sirve de cartel para la exposición, unos claveles que bordó su madre y unos botones que le compró al Peña, junto con chapas de Cruzcampo y mucha, muchísima ilusión
Esa mujer, ave fénix, nos podría contar mucho del cielo y del infierno en la tierra, visto a través de sus ojos, en pinturas coloristas y amables, en obras de arte, desgarradoras y rotundas, que nos acercan a su corazón y a sus vivencias
Su madre, vino del campo a la ciudad, como mi abuela, como casi todas las madres o abuelas de gaditanas, que engrandecieron la cuidad con su sabiduría, con sus ganas de trabajar ,de prosperar, de tener hijos a los que educar y ver crecer ...Esa madre eterna que bordó claveles con sus manos, que lloraría de emoción al verlos en la obra de su hija, que heredó su corazón y su talento, la sensibilidad y el esfuerzo, que la han hecho llegar hasta aquí y que la encumbrarán al cielo
Porque creo en los amigos, en la tierra y en los colores chillones que adoraba mi abuela, en las plantas, en los árboles, en los eternos abriles que despuntan los pechos de los árboles en borbotones de flores, que polinizarán las abejas, que transformarán las copas en generosas frutas , que pintará Amalia, que los ángeles nos donan para que vivamos en una tierra que es fértil y buena y que es temporal...tan temporal como mi concepción de la vida, tan eterna como duren nuestros recuerdos, nuestra voluntad, nuestro ADN
Porque Marilyn no está viva en una tumba pútrida y absurda, ni en las oraciones vacías y sin sentido, tampoco en las fotos de los que comercializan su imagen y la venden y revenden, igual que hicieron en vida, y sin embargo, Marilyn está vida por siempre, mientras yo tenga memoria y sentimientos y me siga expresando ternura y candidez, porque me siento mujer con ella, con sus desgracias, con sus amoríos frustrados, con su deseo de ser madre y no poderlo ser, con querer brillar mas que el cielo y sentir cómo todo se te cae encima
Y el alma de una mujer no se mira en una foto que reproduce pechos y piernas y sexo y muslos y nalgas, porque eso no es una mujer, sino un fetiche; una mujer es una sonrisa, unos ojos, unas manos, una madre, mirando con su hija las nubes del cielo, mientras le teje el alma, con fantásticas narraciones, mientras le pinta los sueños, imaginándolos en forma de azules y rosas, blancos apergaminados y rotundos celestes -¿Amalita, ves el cielo?-le dirá-porque lo han hecho para ti mi niña, justo para ti y tus sueños de mujer

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