Ya avanzamos hace semanas que LIMASA sería actualidad por mucho tiempo. La comisión de investigación solicitada el pasado verano por Ciudadanos, en la que pocos creían, al final ha dado mucho juego y sobre todo comienza a dar respuesta a muchas de las preguntas que nos hacíamos. Y además, ha abierto el verdadero debate que algunos negaban: el futuro de la sociedad. ¿Gestión pública o privada? ¿Privatización o municipalización? Esa es la cuestión.
PSOE, Málaga Ahora y Málaga para la Gente presentaron el lunes junto a los trabajadores de la empresa y las federaciones de vecinos Unidad y Solidaridad la plataforma para solicitar la municipalización de LIMASA a la que han invitado a la formación naranja. Todos coinciden en pedir que se solucione de una vez por todas el problema de la limpieza en la ciudad. Con este mensaje comenzarán una campaña ciudadana, con el objetivo de explicar los argumentos que justifican la opción que defienden.
Según los grupos de la oposición que integran la plataforma hasta la fecha, con la gestión pública la ciudad se ahorraría hasta un 20 por ciento del gasto, según un informe del Tribunal de Cuentas. Los propios trabajadores denuncian que los barrios están desatendidos y consideran que la mejor fórmula para mejorar es la gestión pública. Y están dispuestos a negociar los puntos calientes del convenio. El alcalde repite desde hace tres días que acepta una Limasa municipal si los trabajadores ceden a algunas de sus peticiones y se ajustan sus salarios. ¿Por qué no se sientan ya?
Las estadísticas no ayudan. En España el 90 por ciento de los municipios tienen privatizado el servicio de limpieza. Aunque también hay ciudades, como Sevilla, en las que el servicio de basura es de titularidad pública y además es rentable, como adelantamos aquí hace unas semanas.
El lunes, el concejal de área, Raúl Jiménez, afeó a la oposición que no solicitase un referéndum para que sea la ciudadanía quien decida la gestión de la empresa. ¿Se atrevería a decirlo en serio? La partida no ha hecho más que comenzar. Y será dura.