Todos tenemos tendencia a exponer nuestro cuerpo al sol cuando llega la época estival, pero la mayoría de las veces omitiendo los riesgos que conlleva la exposición prolongada y a horas de alto riesgo solar. Nuestra piel no sólo sirve de barrera protectora frente a enemigos externos (gérmenes...), sino que además nos protege de las radiaciones solares hasta un límite tolerable para el organismo. Usar un protector solar de acuerdo con la tolerancia solar de cada cuerpo no es suficiente, también debemos saber qué horas son menos perjudiciales para tomar el sol.
Nuestro queridísimo astro rey no es tan malo como lo pintan, lo que ocurre es que debido al efecto invernadero, al problema que tenemos con la capa de ozono y a otras causas, los rayos UVA (Ultra-violeta) de los cuales nos protege dicha capa de ozono, atraviesan esa barrera debilitada e inciden en la piel sin contemplaciones produciendo a la larga problemas realmente importantes como el melanoma o cáncer de piel. Pues bien, a parte de esta matización, tenemos que saber que nuestro sol nos proporciona vitamina D, muy importante para el crecimiento de nuestros huesos, además de actuar como antibiótico natural y dar vida a todo el planeta.
Hoy hablamos de... cuidado con el sol
¿A qué hora debo tomar el sol? Si nos regimos por el horario solar, que en este caso sería el correcto, deberíamos tomarlo bien a primera hora de la mañana (entre las 7.00 y las 12.00) o a partir de las 18.00. No debería exceder los cinco minutos, y si caminamos, corremos o practicamos deporte al aire libre, alternaremos momentos de descanso en lugares sombríos. Especial precaución debemos tener con los bronceadores que contienen gran cantidad de aceite y poca protección, ya que actúan como lupa sobre la piel. ¿Y si me quemo? Lo primero es evitar las quemaduras de cualquier grado. Pero si por cualquier causa de negligencia o laboral fuésemos víctimas de quemadura, actuaremos de la siguiente manera: Refrescar la piel para crear alivio, luego tratarla con gasas humedecidas en infusiones frías de manzanilla, caléndula, nogal, etc. Usar la mínima ropa posible y de telas no irritantes. Beber bastante agua. Evitar cualquier exposición solar y de altas temperaturas. Una vez vaya mejorando el afectado, hidrataremos su piel con algún aceite (girasol, oliva, almendras, etc.) o crema hidratante, pero de absorción rápida.
Consejo 1: ¿Nos queremos preparar una loción para después del sol hecha por nosotros mismos? Tomen nota: Con agua mineral, prepararemos una infusión a base de manzanilla, caléndula y nogal. La colamos, y le añadiremos unas gotitas de aceite esencial de lavanda. Lo agitaremos muy bien y dejamos enfriar, luego lo envasamos en un frasquito de vidrio, y listo. Aplicar con suaves masajes en las zonas afectadas.
Consejo 2: Es común practicar estos días más ejercicio al aire libre, y debido a esto, necesitemos una bebida para reponer sales y energía. Bien. Con agua mineral, el jugo de un par de limones, unos granitos de sal, miel, hierbabuena o menta, tendremos una bebida rica en sales minerales, refrescante y reponedora y natural.
Aprendiendo a comer
La alimentación en estas fechas debe ser muy rica en líquidos, cosa que siempre trato de repetir debido a su escasez. La gastronomía popular brinda un importante abanico lleno de nutrición y de salud. Como gran aliado tenemos al gazpacho, el de siempre. Rico en vitaminas y minerales de origen natural, agua, hidratos de carbono de absorción lenta (caso que se le añada pan), ácidos grasos saludables (por nuestro aceite de oliva), fibra, antioxidantes, y un nivel calórico bastante moderado. El salmorejo podría ser otro ejemplo. Frutas del tiempo, como la sandía, el melón… Muchísima agua, nuestros mayores deben concienciarse de beber agua aunque no tengan sed, es muy importante hidratarnos lo suficiente ante tanta pérdida de líquidos y sales minerales que nos ocasionan las altas temperaturas. Bebamos más de 1,5l de agua al día. Toda el agua que se beba es poca. Así que seamos cautos, hagamos las cosas bien y disfrutemos de este tiempo en la playa, la sierra o la ciudad, que también tiene sus rincones frescos y cálidos.
Desde la montaña
Algún día, cuando miremos atrás, nos daremos cuenta de todo lo que ha pasado por nuestras vidas, de lo roto y lo olvidado, de lo que importó y lo que no.
Un día nuestro corazón sentirá sed de mundo, porque somos hombres, mujeres, humanos, porque no merece la pena odiar, ni sufrir, ni matar, ni guardar rencor.
Algún día, el tiempo nos dirá lo que debemos aprender, el tiempo clavará su aguja en nuestro cuerpo y nos descubrirá los secretos ocultos por nosotros mismos.Porque no sabemos nada y lo queremos saber todo, por eso el hombre con su naturaleza destructiva equivoca su comportamiento, con su efímera supremacía de conquista no ve su propia sombra. Algún día, en las tinieblas del ocaso, querrá arrepentirse de sus actos, pero entonces será tarde, demasiado tarde.
Un día soñé con el cielo, con la luna, el sol, la hierba, la vida, con tus manos en las mías, con la paz infinita. Cuando seamos todos en uno y uno en todos, tú en mí y yo en ti.
Algún día respiraremos amor, tocaremos la tranquilidad con nuestras almas y viajaremos por el sentido de la vida.